Ante la denuncia realizada por Eva Bracamonte a través de su cuenta de Facebook, en la que señaló que el director teatral Guillermo Castrillón la acosó sexualmente durante los ensayos de una obra en la que estaban trabajando juntos, varias de voces se han sumado y han contado situaciones similares. Panorama difundió los testimonios que algunas víctimas habían publicado en redes sociales. Uno de ellos fue el de Daniela Rotalde, quien compartió departamento con Castrillón.
“Éramos patas y compartíamos casa. Un día llegó de madrugada pasado de vueltas. Yo también había salido por mi cuenta y estaba durmiendo profundamente. Abrió mi puerta y se metió a mi cuarto. En el sueño sentí algo, desperté con él arrodillado al lado de mi cama, masturbándose. Su mano estaba entre mis piernas, salté del susto y él salió corriendo despavorido”, escribió.
Lucía Carranza, una estudiante de teatro, que llevó clases con Castrillón en su taller, también fue otra de sus víctimas. “El primer día me pidió que me desnudara, no supe cómo afrontar tal pedido. Temí no estar entendiendo “la técnica”. Se desnudó también él, me vendó los ojos, me olió muy de cerca y me manoseó. Yo esta aturdida.”, relató.
Otra usuaria de Facebook, identificada como Mica Tav, también dio su testimonio. “Es verdad, en su taller nos ponía al límite y muchas veces los ejercicios eran invasivos, pero yo entendía que eso era parte de su metodología. Guillermo me invitó a tener sesiones privadas en su taller de la calle Cajamarca, en Barranco (sí, casi todas conocemos esa casa)”.
Raúl Durand, uno de sus alumnos escribió en redes sociales lo siguiente: “En un ensayo me dijo que viole a una actriz, que lo haga en serio o lo más real posible. No pude. Yo trabajo con la verdad, decía. Me di cuenta que estaba equivocado, por eso no pude hacer lo que me dijo”, relató.
El último testimonio fue el de Rocío Fuentes, quien acusó al director de haber abusado sexualmente de ella. “Al llegar a su casa, me pasé de vueltas. Mis amigas en su afán de ayudarme, me dejaron en la boca del lobo. Me echaron en una cama y siguieron la juerga. Cuando reaccioné era tarde. GC me estaba violando. Así, con todas sus letras”.
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