Por fuera es otra vieja casona de adobe que agoniza en el Cercado de Lima. Por dentro es almacén, vivienda, galería comercial y restaurante a tiempo completo. Este inmueble está ubicado en el jirón Cusco 751, a pocos metros del Mercado Central. Se ingreso por un callejón sin luz donde una mujer fríe vísceras en una parrilla a gas. Apilados en el suelo hay decenas de sacos envueltos en papel film con nacimientos navideños a la venta.Al final de este pasaje, el predio se convierte en un depósito de pizarras acrílicas que administra un hombre mayor. Como él cojea, le pide a una mujer que baje más mercadería de una improvisada mezanine de triplay. Para entonces, no se ha visto ningún extintor, manguera de emergencia ni señalética que indique por dónde evacuar en caso de emergencia.
Un hombre que vigila el inmueble se niega a contestar sobre quién lo administra, como convencido de que aquí dentro se juega sucio. El camino se divide en dos. Hacia la derecha, comienza un laberinto de viviendas con techos de calamina soportados por lo poco que queda de la estructura del solar. Por la izquierda, bloqueando el único camino de salida, todo es guirnaldas, árboles navideños, ropa y cartón: aquí se vende de todo, sin boleta y sin preguntas.
El Comercio comenzó así un recorrido por las 94 galerías comerciales que rodean el Mercado Central y Mesa Redonda, donde diariamente van más de 200 mil personas durante la campaña navideña. Pese a que el municipio anunció el inicio del plan Navidad Segura, con 1.500 fiscalizadores y con canes adiestrados para detectar pirotécnicos, las deficiencias en materia de seguridad continúan.
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Riesgo contenidoLa siguiente parada es la galería La Cochera: 120 puestos de electrónica y regalos. Tiene certificado de Defensa Civil y dispositivos antiincendios. Sin embargo, al levantar la mirada se observa que casi todos los stands soportan almacenes tipo contenedores instalados encima, como aquellos donde fallecieron dos jóvenes en el incendio de Las Malvinas. Algunos incluso son usados como oficinas.
La administradora de La Cochera se llama Jovana Marcos. Asegura que todo está en regla y que estos almacenes son seguros. El gerente de Defensa Civil de la Municipalidad de Lima, Mario Casaretto, le dice a este Diario que estos almacenes están prohibidos, pero que no puede retirarlos porque la norma que los restringe data del 2015 y esta no es retroactiva. “No podemos retirarlos porque se instalaron antes del 2015. Pero estos deben cumplir toda una norma de uso de extintores y señalización”, dice.
Nadie nos permite ingresar a ellos para comprobar si estas reglas se cumplen. Nancy Barrenechea, presidenta de la Comisión de Seguridad del Colegio de Ingenieros del Perú, cree que esta normativa debería cambiar y que evalúa enviar una propuesta al Congreso que permita el retiro de estos depósitos. “Con estos almacenes se está aumentando la carga muerta dentro del diseño con más de 500 kilos. Son peligrosos”, dice.
El recorrido continúa por las galerías La Mina, Quinta Santa Cruz, Virgen de las Mercedes, San Martín y Mercado Central. En total, se contaron 15 establecimientos con algún tipo de deficiencia en materia de defensa civil y contra incendios: falta de extintores o el bloqueo de los mismos, carencia de señalización, pasadizos obstaculizados y conexiones eléctricas clandestinas.
En la galería Mercado Central la situación es preocupante. Sus inquilinos no miden el riesgo al que se exponen al bloquear los extintores con juguetes, bolsas y adornos. Ante un incendio, los comerciantes deberán rebuscar entre cuadros y árboles navideños para poder utilizar las mangueras. Ese tiempo perdido podría cambiar la suerte de cientos de personas.
En la galería San Martín, ubicada en el 735 del jirón Cusco, la situación es peor. Los adornos navideños que los vendedores exhiben tapan los extintores casi en su totalidad. Los comerciantes no tienen reparos en colgar peluches o luces navideñas cerca de las cajas de luz, materiales inflamables que aumentan el riesgo de un incendio.