REDACCIÓN LIMA
Trasladarse en Lima es una misión imposible. A la congestión que generan las combis, coasters, taxis formales e informales y vehículos privados, se suman los vehículos de carga pesada.
De hecho, circulan cada día aproximadamente 123 mil vehículos de carga pesada, según cifras de la Gerencia de Transporte Urbano. La mayoría de ellos lo hace por la Panamericana Norte y la Vía de Evitamiento. Asimismo, la avenida Javier Prado y la Carretera Central soportan el paso de 198 mil y 65 mil vehículos por día, respectivamente.
Para disminuir la cantidad de vehículos en estas vías y lograr una mayor fluidez del tránsito en la ciudad, en el 2013 se presentó el proyecto del anillo vial periférico de Lima, con una extensión de 32 kilómetros, en la que se podrá trasladar desde Circunvalación en San Borja hasta la Av. Élmer Faucett en el Callao en media hora, la mitad del tiempo que toma hoy.
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El proyectoA inicios de este año, el ministro de Economía, Alonso Segura, anunció que este era uno de los proyectos más importantes aprobados por Pro Inversión en este gobierno. El proyecto está a cargo del consorcio Cintra-JJC. Es una iniciativa privada cofinanciada y hoy cuenta con los estudios técnicos requeridos.
Se estima que se invertirán US$2 mil millones en la construcción. Según los voceros del consorcio, hasta el momento han invertido US$17 millones en los estudios técnicos y Pro Inversión ha destinado US$4 millones en la supervisión.
La obra tiene un plazo de ejecución de entre cinco a siete años, y contempla el cobro de un peaje desde el inicio de la operación hasta la finalización del contrato. El peaje, que costará S/.2, estará destinado a pagar los costos de operación y mantenimiento de la vía durante 30 años.
Denuncian demoras“Debimos haber empezado las obras este año para poder tenerlo listo para los Juegos Panamericanos del 2019, pero estamos estancados”, señaló a El Comercio Héctor René Rodríguez, gerente de Concesiones del consorcio Cintra-JJC. Añadió que la propuesta de la obra está paralizada desde hace un año por trámites administrativos a cargo del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC). Sin estos, el Ministerio de Economía y Finanzas no puede otorgar la viabilidad al proyecto.
El problema se ha generado porque la zona de influencia de la obra (cinco distritos de Lima norte, seis de Lima este y uno del Callao) incluye vías nacionales, a cargo del MTC, y vías metropolitanas que son responsabilidad del municipio de Lima. Para que el proyecto salga adelante, todas las vías deben ser consideradas nacionales y no metropolitanas.
El MEF aprobó que la clasificación de las vías se realice a través de un convenio firmado por el MTC y la comuna limeña. Sin embargo, según el consorcio, el MTC ha rechazado el borrador del convenio que elaboró el municipio de Lima en la gestión de Susana Villarán.
Sobre ello, el MTC precisó a El Comercio que por la ordenanza N° 341 –que aprueba el Plano del Sistema Vial Metropolitano de Lima, y sus modificatorias– es la comuna la encargada por ley de reclasificar las vías en la capital. “La modificación de esta clasificación no puede realizarse por norma de menor jerarquía [como el convenio firmado entre el MTC y Lima]”, explicó.
Fuentes del MTC precisaron que se han mantenido reuniones con la actual gestión municipal sobre este tema, pero que no se ha llegado a nada formal. Fuentes de la Municipalidad de Lima confirmaron dichas reuniones y añadieron que se está tratando de crear un marco legal para que el MTC pueda dar viabilidad a la obra, pero que tomará tiempo. Se trata de crear una ordenanza casi exclusiva para la obra y que tiene que ser aprobada por el Concejo de Lima, por lo que el periférico aún tendrá que esperar.