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Tiene tanto tiempo destacando el cariz artístico de uno de los alimentos fundamentales del hombre, que son pocos los que le dicen Ernesto o le recuerdan su apellido. Para todos es, simplemente, ‘El Papas’. El hombre que cosecha arte, que cocina ideas, que fríe los convencionalismos. Ahí donde otros usan un lienzo o un pincel, el descascara y empaqueta. O, como en el caso de la performance artística que realiza en el Perú, arma una cordillera de papas sobre una mesa de banquete y recrea una cocina real a su alrededor.
Desde que, en 1992, con ocasión del quinto centenario de la conquista española de América, decidiera replantear el mito y plasmar en ellas todas sus teorías sobre geografía, comercio, arte o globalización, serían las papas quienes hablarían por él. Porque la historia respalda su hipótesis: sería la papa, finalmente, la que conquistaría Europa y modificaría sus costumbres alimenticias. Y fue en base a ella que Restrepo construyó una importante carrera de décadas como artista contemporáneo, hasta que un coleccionista ruso compró una papa suya, bañada en oro, por 30 mil dólares. Entonces, nació el fenómeno.
“En la mesa de banquete haremos una versión de la cordillera de los Andes en puré de papa”, nos cuenta El Papas. “He tomado como referencia el perfil de las montañas que rodean Lima. Lo veo como un proyecto de cocina y arte o comida y arte. Quise hacer, entonces, una especulación, un juego alrededor de la idea de Humboldt. Su visión europea estaba siendo racionalista, pero yo quise hacer Humboldt en marte. Porque, después de todo, sus narraciones de la época eran fantásticas para muchos. Lo mismo sucedió siempre en la mirada europea sobre América. Me pareció interesante hacer un símil en cómo se ha ilustrado el paisaje marciano en la literatura de ficción. Es una versión libre, el capítulo peruano de Humboldt en marte. Creo que la geografía y la biología son mucho más importantes de lo que se piensa para la noción de cultura”.
Por su parte, Gerardo Chávez Maza, curador junto al colombiano Alberto Mendoza de la muestra gestionada por Marte Díaz, fundadora de Ñan Culture House, asegura que “Pretextos”, la exhibición que muestra el trabajo de 38 artistas emergentes -12 colombianos, además de venezolanos, ecuatorianos, chilenos o argentinos-, tiene como objetivo hablar de todas las incidencias que tiene el ecosistema del arte y cómo actúa sobre la sociedad. “El Papas está presentando esta geografía, que es un proyecto más efímero, relacional, y a la par, al lado, se están vendiendo obras por artista, cada una a mil dólares, para una suma total de 38 mil. El mundo del arte es también una geografía que tiene diferentes aspectos. La idea es generar un espacio de intercambio, de conversación y de venta. No hay que dejar de entender al mundo del arte como un espacio de compra y venta, porque en realidad eso es lo que permite que los artistas sigan trabajando, produciendo y más aún en un contexto pospandémico”.
A papear
“Uno de mis intereses con la obra es explorar las estéticas que resultan en la economía del mercado, que se representan en acciones, en maneras de cómo se transa la obra: la compra, la venta, el trueque y hasta el robo. Hay una cantidad de sensaciones físicas e intelectuales que están metidas en una suerte de economía emocional”, nos dice El Papas.
Gerardo Chávez Maza indica que el proyecto “Pretextos” también determina todas las posibilidades de mercado que implica comer papa, vender papas, comprarlas, ver todo el mercado de papas y el del arte que está ahí y que también es una especulación. “Hay obras que valen más de mil dólares, pero se han homogeneizado los precios para crear una especie de sinergia artística que hable del valor de las cosas en la vida productiva del artista y del mismo ecosistema del arte”.
La idea es abrir cuestionamientos que nacen naturalmente a partir de esta muestra: ¿Los artistas necesitan de toda esta estructura para vender sus obras? ¿Realmente hay una valorización económica, emocional o social del trabajo del artista en este contexto?
“Los visitantes van a poder comer el puré directamente de la montaña –nos dice El Papas-. Es una metáfora que tiene que ver con comerse la tierra, ararla, trabajarla, esquilmarla. Y los condimentos serán partes de esa geografía. El mismo hecho de que la gente coma directamente y no se sirva de un plato evidenciará la manera como se va destruyendo esa montaña en la vida real. Es la manera como destruimos salvajemente nuestro entorno. La gente, comiendo, se pone tan maleducada como se pone con el territorio, con el cuerpo del mundo”.
En esta instalación se pone de manifiesto lo más sublime, en la contemplación o decodificación de los mensajes de las otras 38 obras, y también se pone en juego lo peor, cuando la gente come y se impone entre otros, atacando el puré: es una metáfora del salvaje enfrentamiento del hombre con el mundo. Después de todo, la elección de la papa tiene que ver con que es el alimento que más vincula al hombre con la tierra.
“Es, como se llama la exhibición, un pretexto para entendernos e identificarnos dentro de una comunidad artística –nos dice Chávez- y generar cercanía con el público en general para que venga a activar el arte, las ventas, a los artistas, la conversación. Todo en el mundo del arte es válido: la frivolidad, la intelectualidad, la diversión, las fiestas. Todo eso genera el marco en el cual es posible darle un púbico al arte. Lo que pretendemos es vender todos los sacos de papas que podamos, así como vender todas las obras de arte”, afirma con una sonrisa.
El contexto será, además, un feedback de descubrimiento entre el público y el arte, entre los artistas y el arte y entre el público y los artistas. Por eso, todo será filmado por las cámaras de seguridad, para dejar en evidencia los comportamientos e interacciones naturales de los asistentes a una muestra/venta como esta. Esto quedará registrado para un resultado visual y uno escrito, que será responsabilidad de Augusto del Valle, quien actuará como “curador-escribano” del proyecto. Además de la propia instalación y la exhibición de los 38 artistas, habrá un brunch, una cena y un cóctel… y también papas a precios cómodos. Finalmente, como agrega, con sarcasmo, El Papas: “El arte es la trata de todos”.