Llega de Vermont (EE.UU.) haciendo varias escalas hasta que se encontró con el tráfico limeño. Las giras seguramente deben ser lo peor de su trabajo. “Al inicio es placentero hasta que empieza a doler. Pero no me puedo quejar”, dice risueño el argentino Ricardo Siri – Liniers, uno de los dibujantes más afamados de Latinoamérica gracias a su historieta ”Macanudo“. Junto al chileno Alberto Montt (”Dosis Diarias“) regresa a nuestra capital para presentar ”Los ilustres 2018“, un espectáculo único que han etiquetado como ”stand-up ilustrado“, aunque la mayor parte de él la hagan sentados dibujando. El Comercio conversó con Liniers antes de subirse nuevamente en el escenario a reírse de sí mismo, de Montt, y de la corrección política de nuestros tiempos.
El formato de “Los ilustres” es algo único al menos en nuestra región, pues todas las presentaciones son diferentes. ¿Está pensado que tu stand-up funcione así o depende mucho del público y del contexto social?El show de stand-up ilustrado es así de vivo porque a nosotros, a mí y a Alberto Montt, nos divierte que aparezcan cosas nuevas. Ninguno de los dos somos grandes actores, ni comediantes, como para hacer todo el tiempo el mismo chiste y que nos siga resultando gracioso. El show todo el tiempo está cambiando y mutando, si hay algo que nos hace mucha gracia por ahí lo seguimos haciendo, pero lo divertido de esto es que es adaptable a los momentos y a las ciudades. La gente que no fue la primera vez puede ir a ver algo nuevo o quizá para poder entender los chistes que hicimos en el show pasado, y esta segunda vez los entiendan (risas).
¿Cómo logras esa conexión con Montt? ¿De dónde nace esta amistad y luego el trabajo colaborativo?Con Alberto sucedió algo parecido con lo que pasó con Kevin Johansen: nos hicimos primero amigos, de tomar cervezas, de hablar de nuestros problemas. Con el tiempo esa amistad increíblemente se subió al escenario. Cuando me tocó trabajar con Kevin estaba muy tranquilo porque estaba trabajando con un amigo, y con Alberto sucedió lo mismo. Es más, los primeros shows que hice con Montt fueron también junto a Kevin, él hizo de hado madrino. No podría juntarme con alguien sin una relación de buena onda previa. Si vienen los Radiohead y me dicen: “Hagamos un show, Ricardo”, yo les diré “Thom (Yorke), ¿sabes qué pasa?, No te conozco bien” (risas). Con Kevin las presentaciones duraron 8 años, y queremos seguir haciéndolas, pero ahora estoy viviendo en Vermont y se nos hace más complicado.
Y en este espectáculo ya no hay música. Kevin se quedó en casa, y ustedes toman protagonismo...Kevin se quedó en su casa, hay veces que nos visita y nos dice: “¿A ver, cómo andan chicos?”, y luego se va... Hay un momento musical donde demostramos algunas de nuestras cualidades musicales.
Debe ser muy fácil hacer humor en esta parte de la región. No me imagino a sociedades escandinavas riéndose de sí mismas como lo hacemos nosotros...En América Latina es más lo que nos une de lo que nos diferencia: todos perdemos igual. En todos nuestros países perdemos con la corrupción de los gobiernos, perdemos por la crisis económica. Es fácil identificarse con el perdedor en nuestros países. Si estuviésemos en Suecia pasaría esto: “Vieron el otro día que llegó a tiempo el tren, ja,ja,ja”. Es muy difícil reírse de eso. En Latinoamérica hay una riqueza del desastre que nos da mucho material. Es también lo que hago con la historieta, parto de experiencias propias, y la gente se identifica porque somos casi iguales.
Seguro te enteraste sobre la polémica con Apu en “Los Simpson” (se dijo que el personaje sería eliminado por supuesto racismo, pero los creadores lo desmintieron). ¿Qué opinas de esta corrección política constante?Me llama la atención que la gente que se ofenda tanto con Apu, pero no se ofende con el cocinero italiano, o con el escocés Willy. Si eres indio y solo te molesta que estereotipen al indio, oféndete por todos los demás también, y si no, no te ofendas. Hay una cosa compleja en EE.UU., hay mucha gente racista se agarra de esos estereotipos para discriminar en el colegio al niño que viene de la India. Eso es hacer responsable a la obra por el idiota racista que está haciendo eso. La corrección política tiene en la mira al humor, no sé si me deja tranquilo que una cultura vaya hacia atacar el humor, porque ahora es el indio, y mañana dirán que no se puede hacer chistes con la religión, o no se pueden hacer chistes con el político, y va subiendo y cuando haces un chiste sobre Donald Trump te meten preso. Cuidado con eso. ¿Cuál es el peligro del comediante? Esto es humor.
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¿Hay un tema que no sueles tocar? ¿Tienes tus propias correcciones políticas?No creo que haya temas con los que no se pueden hacer humor. Siempre la pregunta es: “¿Dónde está el límite?” Lo que no hago es reírme de alguien que es más débil que yo. Lo que hago es hablar sobre mí, o reírme del poderoso, de la religión. Dios seguro es más poderoso que yo. Si existe, es mucho más fuerte que Alberto y yo. No creo que lo destruyamos con un chiste tonto. “Noooo, Ricardo hizo un chiste de mí, estoy deprimido. Ojalá alguien agarre una ametralladora y lo mate”, diría Dios. Y es lo que pasó con el caso de Charlie Hebdo, la gente que está tan mal de la cabeza cree que va a defender a Dios agarrando una ametralladora para matar a un montón de dibujantes. Es absurdo.
Cuando pienso en el dúo que forman Alberto y tú, pienso en otros dúos como Mickey Mouse y el pato Donald, Paul McCartney y John Lennon, Batman y Robin... Pero siempre hay alguien que lleva la batuta, ¿cómo es que se genera esa dinámica entre ustedes?Me gusta pensar que somos el Paul McCartney y John Lennon del stand-up ilustrado (risas) Estamos tan cómodos con nuestra amistad que no pasa que uno venga a decir: “Hagamos esto”. Ni siquiera somos de discutir mucho, si pasa algo raro, es como que a los dos nos divierte el experimento. La otra vez, en un viaje en auto, nos dimos cuenta que a los dos nos hacía llorar una parte muy puntual de una película, para mí, y a él, una publicidad en Chile de los 80. Hicimos un show en México donde contamos esta experiencia, y lloramos en vivo. No sé si fue gracioso, pero la gente se reía de eso. Esta amistad lo subimos al escenario, lo que charlamos abajo, lo subimos a la tarima. Ambos somos medio neuróticos, por ejemplo.
Y sobre influencias...Los dos somos primeros lectores de Quino. Lo lindo de Mafalda es que no te enseña a portarte bien, sino a cuestionarte. Las influencias vienen de todos lados, no solo de los historietistas: del cine, de la música, de la literatura, de algo que me conmueva y tenga algún sentido. Eso me sirve y se queda metido en la cabeza.
Tengo entendido que la ilustración llegó a ti en una etapa de aburrimiento. De pronto se convirtió en tu profesión de la que ahora estás muy orgulloso, e incluso dictas clases de historietas en EE.UU. Estuve dando cursos de historieta Latinoamericana en una universidad que se disfrutó mucho. Y es verdad, cuando empecé esto era puro disfrute, lo hacía para mí, o para mostrarle a un par de amigos. No necesitaba que nadie me pague por esto. Cuando algo que disfrutas tanto se convierte en la manera en la que te ganas la vida es una fortuna. En The Center for Cartoon Studies, donde también dicté cursos, te enseñan a gestionar tu idea, a marketear tu trabajo. Es algo que los estudiantes aprenden en dos años lo que a mí me costó 20 años aprenderlo, sobre todo en el aspecto comercial, de las editoriales, los agentes, las convenciones de historietas, que es la parte que más nos cuesta a los artistas. Yo recuerdo haber sido un poco más hippie cuando no tenía tres hijas (risas), pero ya con ellas dije: “Vamos a dejar un poco el hippismo, y facturar para que tengamos un techo”.
Hay una versión más oscura incluso de ti mismo, que se pueden ver en una serie de historietas que se titulan “Odunacam” ¿Tienes planes para estos trabajos?“Odunacam” es “Macanudo” al revés, y es como la versión anticristo de “Macanudo”. Las ideas más óscuras y raras que tengo las utilizo en esa tira que las hacía para la revista Mongolia de España. En los shows cada tanto las saco para mostrarlas. El humor negro me divierte, me gusta mucho, y en “Macanudo” no lo uso mucho, por contexto: es una tira diaria, en un diario masivo y quiero hacer algo más optimista. En los shows vamos al lado más oscuro. El humor negro es el mecanismo de defensa ante la muerte. Es como mostrarle el dedo a la Parca.
MÁS INFORMACIÓN“Los ilustres 2018” - Liniers y Montt / Stand Up IlustradoFecha: Hoy miércoles 7 de noviembreLugar: Teatro Luigi Pirandello (Av. Alejandro Tirado 274, Cercado de Lima)Hora: 8:00 p.m.Entradas: Atrápalo.pe