Luego que la Alcaldía de La Paz anunció que alista la “defensa” de la danza Morenada para que se haga prevalecer su origen en Bolivia, tras la declaración de este baile como Patrimonio Cultural de la Nación por parte del Ministerio de Cultura de Perú, este se pronunció al respecto con un comunicado.
“La declaratoria promulgada se ajusta a las normas de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, ratificada por el Perú en el año 2005, que entiende por patrimonio cultural inmaterial a los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que las comunidades reconocen como parte integrante de su patrimonio cultural”, se señaló al inicio del comunicado.
“La declaratoria no manifiesta o afirma el derecho de exclusividad o de denominación de origen de la danza o de algún personaje propio de nuestro origen altiplánico”, se añadió.
En este mismo comunicado se agregó que “el universo cultural altiplánico evidencia la presencia de diversas prácticas y saberes que son compartidos por comunidades de portadores en los actuales territorios del Perú y Bolivia”.
“Se trata de un área cultural transfronteriza cuyos orígenes se remontan a las sociedades prehispánicas y al período virreinal, y que antecede a la constitución y definición territorial de las actuales repúblicas andinas. En ese sentido, los morenos, los diablos danzantes o los sikuris, siguen atravesando las fronteras de nuestros países, como lo han venido haciendo hace cientos de años, siguiendo los calendarios rituales en los que se han fusionado los elementos andinos y católicos con otros más recientes vinculados a la industria cultural contemporánea”, se sentenció.
Finalmente, el Ministerio de Cultura recalcó que la danza Morenada es propia del altiplano peruano “destacada a lo largo del siglo XX por diversos autores locales y foráneos que recorrieron el altiplano peruano”.
“La Morenada puneña encarna el espíritu festivo de la sociedad urbana de la ciudad del lago y está profundamente vinculada a la Festividad de la Virgen de la Candelaria, celebrada cada mes de febrero. Las asociaciones conforman sus comparsas con el objetivo de bailar a la virgen, tanto en las procesiones que recorren el centro de la ciudad y los barrios adyacentes, como en el concurso organizado, inicialmente por el Instituto Americano de Arte-Puno desde la década de 1940 y, más adelante, por la Federación Regional de Folclore y Cultura de Puno, desde los sesentas. El patrimonio cultural se transmite generacionalmente y es recreado constantemente por las colectividades en función de su entorno y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad”, se explicó.