En un primer vistazo parecen señaléticas urbanas: figuras geométricas, sin rostro, pero identificables como personas por sus brazos, piernas y cabeza. En otro contexto, indicarían dónde queda el baño, o que ya se puede cruzar la calle. Pero la situación es distinta es por las posiciones que tienen, juntándose con otras figuras en abrazos, fraternos algunos, íntimos otros, donde el espectador ya se imagina lo que ocurre. Estas imágenes son parte de la serie “Fusiones” de la muestra individual “Donde el tiempo no habita”, donde el artista peruano Patrick Tschudi (Lima, 1973) expone sus inquietudes por medio de la pintura.
“Siempre he tenido un interés por los motivos geométricos”, contó Tschudi a El Comercio desde su taller en Miraflores, rodeado de los materiales con los que trabaja. “Me interesaban también desde el punto de vista antropológico, todos estos patrones que se repiten en los textiles de diferentes culturas de todas partes del mundo; celtas, africanos, igual acá en el Perú con lo precolombino”.
Los motivos geométricos están en casi toda la muestra, conformada también por un total de cinco series. Las piezas de “Recordaris”, elaboradas con líneas múltiples que dan sensación de movimiento, o de una ilusión óptica, son motivo suficiente para ir a la galería y verlas en persona. El mismo artista reconoce que representarlas en una foto tiene su reto, como si la cámara se resistiera a trasladar la obra. El artista cuenta que esta y otras obras las hizo con el soporte de una computadora, herramienta para plasmar su visión.
Las obras de Tschudi transmiten orden, algo que tal vez se explica por los años que pasó en Suiza, su otra patria. ¿Cómo ha sido para él dejar lo parametrado de esa sociedad para vivir en su opuesto polar, el Perú? “Yo nací acá, me fui en el año 2000 con 24 o 25 años. Regresé con 36 años y si bien es cierto que los primeros años no me fueron fáciles, porque ya me había acostumbrado al sistema allá, donde todo era muy ordenado, muy eficiente, pero la verdad es que hoy por hoy no, no me cambiaría a ningún otro lugar”, nos dice.
De regreso al inicio, ¿Por qué culturas tan distintas tenían patrones geométricos en común? Según los estudios del artista, una explicación está en los rituales, música y psicotrópicos que llevaban a los artistas a “elevados estados de conciencia”, donde lo auditivo podía transformarse en lo visual (sinestesia). En cierto modo, esta muestra es una conexión con formas de arte ancestrales.
Del 12 de diciembre al 20 de enero por Galería Fórum (Av. Larco 1150, sótano, Miraflores, Lima).
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