Yoko Ono aseguró que hasta antes del asesinato de John Lennon era una mujer que admiraba a los que afrontaban la vida como un sufrimiento, pero que fue este hecho el que la hizo cambiar.
En diálogo con la agencia EFE, la artista japonesa relató cómo, de niña, admiraba la historia de un guerrero japonés que tenía que atravesar en la vida siete tragedias y ocho sufrimientos y que ella quería ser como él.
“Me impresionó tanto, porque era tan valiente..., yo era valiente, pero quizás lo fui hasta demasiado. Cuando murió John, vi que algo estaba haciendo mal y me dije a mí misma: en vez de tener siete desgracias y sufrimientos, lo que quiero tener es siete alegrías y ocho tesoros, y lo hice. Eso nos muestra lo poderosas que son las palabras y cómo influyen en tu mente”, argumentó.
EL ARTE DE YOKO ONO Yoko Ono también recordó que en los años 60, ella no se preocupaba mucho de dar a conocer su obra: “Pensaba que a la gente no le iba a interesar, estaba centrada en la creación, en seguir y seguir adelante para producir una obra creativa, que quizás sirviese a la humanidad más adelante en el tiempo”, señaló.
Pese a esto, curiosamente fue el arte lo que la unió a Lennon.
Como ejemplo, Ono recordó la obra que le permitió conocer al músico inglés: “Pintura de techo” (Ceiling Painting), presentada en 1966 en Londres, y que está recogida en la muestra que se exhibe en el Guggenheim de Bilbao.
En esta pieza, la artista invita al observador a trepar mentalmente a una escalera blanca situada en la sala, donde una lupa cuelga de un marco colocado en el techo.
Una vez allí, al utilizar la lente de aumento, el observador descubre la “instrucción”: “YES” (“SÍ”).
“En los 60, yo dije que sí. ¿Qué hay de provocativo en ello? Lo provocativo era el arte”, sentenció Ono sobre su mensaje optimista que hoy repite por doquier y que la hace decir a sus 81 años que tiene fe en que “quizás tenga suerte y vea la paz en el mundo”.