En la ciudad de Lubumbashi (antes conocida como Élisabethville o Elisabethstad), al sur de la República Democrática del Congo, un proyecto artístico de la creadora multidisciplinaria peruana Sonia Cunliffe se exhibe llevando un poco de la cultura e historia del Perú a esta localidad con millón y medio de habitantes, ubicada casi en la misma latitud que Lima, pero en el lejano continente africano. Allí tiene lugar la sétima Bienal de Lubumbashi, organizada desde el 2008 por el colectivo Picha (“imagen”, en idioma swahili) y que está a cargo de seis curadores: Paula Nascimento, Lucrezia Cippitelli, Bruno Leitão, René Francisco Rodriguez, Mpho Matsipa y Ugochukwu-Smooth C. Nzewi. Y entre la selección de arte, un puñado de artistas latinoamericanos invitados: junto a Cunliffe están el pintor uruguayo Luis Camnitzer, el artista belga residente en México Francis Alÿs, la creadora cubana Jenny Feal y el fotógrafo y artista visual cubano Juan Carlos Alom.
Sonia Cunliffe exhibe su muestra fotográfica “Todos los nombres de Bullón [y los tiempos indelebles de Cunliffe]” en esta bienal, “que este año reflexiona sobre el vínculo entre la vida contemporánea en el espacio urbano poscolonial y el impacto de una serie de procesos industriales, económicos, ecológicos, sociales y culturales que históricamente han delineado la dinámica urbana del mundo”, señala un comunicado de la artista, cuyo trabajo empata perfectamente con el espíritu que busca esta importante plataforma de exhibición, donde además participan creadores de la talla de Sammy Baloji, representante africano en la Bienal de Venecia, o Jean Katambay, habitúe en los museos Tyssen de Viena y Palais de Tokio en París.
Dedicada a la investigación, el rescate y la apropiación, Cunliffe -también autora del libro “A la izquierda, en el desvío”- ha enlazado todas estas prácticas en proyectos anteriores: álbumes familiares adquiridos en anticuarios, la pareja erótica fetichista que se auto fotografiaba, el archivo cubano de los niños de Chernóbil, el archivo carcelario del panóptico limeño, entre otros. Hizo lo propio cuando rescató la obra del fotógrafo jaujino Teodoro Bullón, que presentó en Lima y Nueva York hasta terminar dotándolo de perspectivas inéditas con nuevos fragmentos, cambios de escala y acoplamientos varios.
La muestra, calificada por los curadores de la Bienal de Lubumbashi como un verdadero acontecimiento, recibe la visita del público en un privilegiado espacio de exhibición, el Museo Nacional de Lubumbashi. Paralelamente, los organizadores aprovecharon la presencia de la artista peruana en para realizar un workshop en el Instituto Nacional de Bellas Artes con niños y niñas de 12 y 15 años. Sobre esta experiencia, dice Cunliffe: “La idea fue preparar un fotomontaje mezclando fotos de ambas culturas -la peruana y la congoleña, la jaujina y la suajili, la quechua con la bantúe- hasta generar una rica simbiosis cultural”.
Si uno de los objetivos de la bienal era “encontrar todas las formas posibles de hacer un inventario de rostros con la esperanza de que ello nos hable de posibles futuros”, la muestra de Cunliffe termina cerrando aquel círculo.
País: República Democrática del Congo.
Artista: Sonia Cunliffe.
Muestra: “Todos los nombres de Bullón y los tiempos indelebles de Cunliffe”.
Sede: Museo Nacional de Lubumbashi.
Fecha: Hasta el 6 de noviembre.
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