Cuando uno es adulto y mira hacia la infancia, ¿qué es lo que recuerda? ¿Los momentos más emblemáticos, o quizá aquellas situaciones que aparentan no tener importancia pero que, por algún motivo, siempre vuelven a la mente? De esos momentos se compone “Boyhood, momentos de una vida”, una de las grandes películas del 2014. No es fácil lo que ha compuesto Richard Linklater: hacer una cinta en el transcurso de 12 años, filmando unas semanas por año, para que podamos ver como el personaje principal y todos los lo rodean van creciendo y cambiando. Un proyecto único en la historia del cine que funciona de forma impresionante.
“Creo que la idea vino como muchas ideas: tratando de resolver un problema”, comenta Linklater, quien conversó por teléfono en exclusiva con El Comercio sobre su cinta. “Tenía una idea narrativa sobre la infancia, pero no me podía decidir qué sección en específico representar: mis ideas tenían que ver con todas las etapas de la niñez, y el hecho de crecer. Y pensé: ¿qué pasaría si filmó un poquito cada año, en el transcurso de 12 años?’Pues sería una forma nueva y única de contar la historia. Y eso fue emocionante. Es una idea poco práctica, pero la hicimos funcionar”, añade el realizador.
Los actores Patricia Arquette, Ellar Coltrane, Lorelei Linklater y el director Richard Linklater. (Foto: Reuters)
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UNA VIDA DE PELÍCULA“Boyhood” sigue la vida de Mason (Ellar Coltrane) desde el 2002 hasta el 2014. Al principio, el niño tiene 6 años y vive con su madre Olivia (Patricia Arquette) y su hermana mayor Samantha mayor en Texas. Su padre, también llamado Mason (Ethan Hawke), los visita regularmente. Lo que sigue es como Mason se va convirtiendo en alguien: desde experimentar los abusos de un padrastro borracho y abusivo hasta sus primeros encuentros con chicas, pasando por los amigos y la belleza de la adolescencia. La vida de Mason es la vida de todos, y eso lo sabe Linklater.
“Quería mostrar los momentos más pequeños de la vida, aquellos que otros directores dejarían fuera de un filme porque no significan mucho, o no ayudan en el desarrollo del personaje”, explica el realizador, conocido por hacer la trilogía compuesta por “Antes del amanecer”, “Antes del atardecer” y “Antes de la medianoche”. “Pensé que, al tener esta cinta un trabajo tan particular del tiempo, y al jugar con el espectador de una manera interesante, podríamos mostrar los momentos más pequeños de la vida, y tendrían sentido porque estarían investidos en los personajes de una manera que quizá no lo estarían en otra película”,complementa.
“Quería que la película se sienta como una memoria–continúa el cineasta–: si eres un adulto joven mirando tu vida, te acordarías de esas cosas de la infancia y de los años de madurez. Y quizá los momentos más grandes o dramáticos se igualan en importancia a los momentos más pequeños que no se encontrarían en otra película”.
Linklater, de los grandes cineastas del cine americano de hoy, pareciera tener un interés especial por el tema de crecer. Desde “Dazed and Confused”, su excelente cinta juvenil, el tema del tiempo está siempre presente en su cine, como lo demuestra la trilogía protagonizada por Ethan Hawke y Julie Delpy. “No es muy consciente, pero debo tener algún tipo de interés en cierta gente que están en proceso de volverse lo que son, y descubrirse a ellos mismos”, reconoce el realizador. “Y creo que ahí está ‘Boyhood’: cuando uno es un niño estamos al lado de nuestros padres, pero mientras crecemos llegamos a manejar un carro, conseguir trabajo, tener enamorada: comenzamos a tomar control sobre nuestra propia vida”.
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Embarcarse en un proyecto de 12 años implica estar abierto a la historia. Y vaya si no pasaron cosas en EE.UU.: Bush, la guerra en Irak y el entusiasmo por el cambio que proponía Obama forman parte de la vida de Mason. “De niño, yo recordaba las elecciones presidenciales, las guerras que vivimos, la posición política de mis padres: recuerdo eso como el telón de una vida. Y, ante cada evento, pensaba: ‘¿será lo suficientemente grande como para recordarlo?’”, finaliza el realizador.
“Boyhood, momentos de una vida” es de esas películas que lo sumergen a uno en sus recuerdos, que sacan sonrisas cómplices, que nos hacen vernos reflejados en cada momento. Una película para querer vivir en ella. No es fácil lo que ha hecho Richard Linklater. Tan solo queda agradecerlo.