Gabriel Buchmann, un economista de 28 años, decide dar la vuelta al mundo. Pero cuando estaba en la recta final de su excursión, desapareció. Tras un período de incertidumbre, su cuerpo finalmente fue hallado sin vida. Esta es la historia real que conmocionó a la sociedad brasileña y que inspira a “Gabriel e a montanha” (“Gabriel y la montaña”), película dirigida por Felipe Barbosa que ayer recibió dos reconocimientos en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes, evento que culminará el 28 de mayo. Las distinciones para este drama con dosis de 'thriller' e investigación fueron el premio Revelación France 4 y el de la Fundación Gan de ayuda a la distribución (el trofeo máximo de esta sección fue para el documental “Makala”, de Francia).
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Al recoger los premios, Barbosa, amigo de infancia de Buchmann, dijo: “Agradezco a todo el equipo por haberme seguido en este viaje de locura. Logramos llegar hasta arriba. No sé cómo lo conseguimos”.El realizador, asimismo, dio las gracias a la novia de Buchmann, quien lo ayudó en la preparación de la película, por su “confianza y su generosidad”.
En el rubro de cortometrajes, la distinción máxima de la Semana de la Crítica fue para “Los desheredados”, dirigido por la española Laura Farrés, sobre un hombre que debe vender su empresa familiar hundida por la crisis económica.
Talento gauchoEl actor argentino Ricardo Darín también se dio una vuelta por Cannes. Fue para presentar “La cordillera”, película del director Santiago Mitre, en la que interpreta nada menos que al presidente de Argentina. “La cordillera” compite en la sección Una Cierta Mirada y transcurre en una cumbre de presidentes latinoamericanos en Chile, en la que el personaje de Darín se enfrenta a dilemas familiares y públicos: su hija atraviesa una delicada situación emocional y él debe tomar una arriesgada decisión política. En el afiche del filme figura esta frase sobre el rostro de Darín: “El mal existe”. Es como si el actor hubiera cruzado una línea para abandonar a los héroes y encarnar a un ser complejo y de moral dudosa. Por algo Darín declaró a la prensa: “Me encantan los villanos”.