Una de las primeras grandes encarnaciones de Vincent van Gogh en el cine se remonta a los años 50 con “Sed de vivir” (1956), también conocida con el título sintomático de “El loco del pelo rojo”. El encargado de transformarse en el pintor fue Kirk Douglas, quien hoy ostenta 102 años.
No menos célebre es la conversión del director Martin Scorsese en Van Gogh (sí, el inmenso cineasta ítalo-estadounidense a veces también actúa). Lo hizo en uno de los episodios de “Los sueños” (1990), del senséi Akira Kurosawa. Es justicia poética que Van Gogh haya aparecido en un filme de uno de los más notables cineastas japoneses de la historia. En el capítulo de rigor, un estudiante de arte terminará deambulando dentro de los paisajes deslumbrantes concebidos por el holandés.
El gran Tim Roth, asimismo, pasó por este reto. Él se puso en la piel del pintor en “Vincent y Theo” (1990), del director y maestro Robert Altman. Un sentido retrato del lazo entre el genio angustiado y su querido hermano.
Además, destaca “Loving Vincent” (2017), promocionada como la primera película de animación que empleó en su totalidad pinturas para generar la ilusión de movimiento. Una obra exquisita que se adentra en los hitos de una existencia sobresaltada y en los misterios que rodean a los últimos días de vida de un creador irrepetible.