Tras el escandaloso destape de acosos y abusos sexuales perpetrados por el productor Harvey Wenstein, y el actor Kevin Spacey, entre otros, era de esperarse que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, que organiza los premios Oscar, iba a tratar de ser lo más políticamente correcta en esta edición.
Al igual que los Globos de Oro, donde el código de vestimenta fue el negro para solidarizarse con las víctimas del machismo y el abuso sexual, los Oscar no podían dejar pasar las acusaciones contra James Franco, quien aspiraba a una nominación a Mejor actor por su grandiosa interpretación en “The Disaster Artist”.
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Durante la gala del 7 de enero, donde se alzó con una estatuilla, Franco fue acusado por tres actrices en redes sociales de acoso sexual. “James Franco acaba de ganar. Por favor, nunca me preguntes por qué dejé la industria del cine y la televisión”, escribió Ally Sheedy en su cuenta de Twitter, una de las actrices que trabajó con Franco en una obra de teatro en 2014. La gala de los Globo de Oro era reivindicadora, y el actor no solo vistió de negro, sino que también usó el pin del movimiento “Time's Up”. ¿Hipocresía? Pues así lo cree la actriz Scarlett Johansson, quien al enterarse de las denuncias dijo: “Quiero mi pin de vuelta”.
Franco se ha defendido, pero muy pocos le han creído. “Llevé el pin porque lo apoyo. Apoyo el cambio, apoyo el 50/50 lo que significa que la gente que está poco representada, mujeres, personas de raza negra, la comunidad LGTB, alcancen posiciones de liderazgo de las que se les ha privado”, alegó en “The Late Show” de Stephen Colbert. “Lo que se ha dicho en Twitter no es preciso. Pero apoyo completamente a las personas que hablan y que son capaces de tener una voz porque no la habían tenido antes durante mucho tiempo. Así que no quiero apagarlas de ningún modo”, añadió el actor.
Mientras esto pasaba, la votación para el Oscar finalizaba, y por supuesto condicionó la elección de Franco en la terna. Ni las respuestas diplomáticas de su cuñada, Alison Brie, durante los SAG Awards, sirvieron de mucho para convencer a la Academia. “Obviamente apoyo a mi familia y no todo lo que se informó ha sido totalmente exacto. Pero, por supuesto, ahora es un momento para escuchar y eso es lo que estamos tratando de hacer”, señaló la actriz.
Tras la revelación de los nominados del Oscar, donde figura Denzel Washington en vez de Franco, se sabe que el actor que interpreta a Tommy Wiseau se ha refugiado en su familia mientras la tormenta pasa. “James está decepcionado por no recibir una nominación al Oscar, pero también muy comprensivo y algo aliviado. No quiere que parezca que el desaire está correlacionado con las acusaciones en su contra”, declaró una fuente a E! News.
Los críticos y analistas aseguran que la Academia ha querido evitar tener otro Casey Affleck. Como se recuerda, el hermano de Ben ganó el Oscar como Mejor actor por su papel en “Manchester junto al mar”, a pesar de las acusaciones de acoso sexual que la estrella habría realizado durante la grabación del ‘mockumentary’ “I'm Still Here”, protagonizado por Joaquin Phoenix y dirigido por Casey. El escándalo no fue tan notorio, pues el actor cerró un acuerdo económico con las víctimas, según informan medios internacionales. Lo cierto es que la Academia no podía darse ese lujo nuevamente. No ahora que el movimiento contra el abuso sexual está tan fuerte.
Lo que sí sorprende es que hayan dejado pasar el caso de Gary Oldman. El actor que podría ganar este año el Oscar por encarnar a Winston Churchill en “Darkest Hour”, fue denunciado en 2001 por su ex pareja Donya Fiorentino por maltrato delante de sus hijos. Y eso sin contar todas las veces en que Woody Allen fue nominado, a pesar de la denuncia de abuso sexual que hizo su hijastra Dylan Farrow contra él. ¿Doble rasero? En estos días, Hollywood tiene mucho en qué pensar.