RODRIGO BEDOYA FORNO
Imposible elegir solo cinco. Para hablar de John Wayne, hay que elegir 10. O 20. O 50. Y nos quedaríamos cortos. Porque la filmografía de este mítico actor es tan generosa y amplia que revisarla es siempre un placer. Para comenzar, se lo ha etiquetado como actor de westerns, cuando Wayne ha actuado en filmes deportivos, comedias y dramas. Por otro lado, su estilo actoral le ha permitido demostrar alegría, rabia, enojo y felicidad en un solo gesto. “Menos es más”, dice el dicho. Y hoy, que recordamos 35 años de la muerte de 'The Duke', no queda otra más que recordarlo con cinco películas; las cinco que tienes que ver para darte cuenta que estás viendo a uno de los más grandes actores de la historia.
1.- LA DILIGENCIA (1939)
Los dos John. Wayne y Ford. Una de las duplas más increíbles de la historia del cine. Este western, basado en “Bola de cebo”, de Guy de Maupassant (sí, un western puede adaptar a un intelectual francés), nos muestra una riqueza de personajes y de matices en ellos que solo el buen Ford podía diseñar. Y Wayne, en la película que lo catapultó a la fama, da vida al cowboy duro pero tolerante, aquel que pone orden y que acepta a la mujer que todos rechazan. Un western ejemplar, como para que aquellos que no conocen el género entren en él.
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2.- El HOMBRE QUIETO (1952)
Irlanda, la tierra verde. La pradera manda en el paisaje. El aire se siente en la cara. Hasta ahí llega Sean Thornton (Wayne), a reclamar la granja que le pertenece a su familia. Y se enamora. Y conquista. Y besa, en una de las mejores escenas románticas de la historia del cine:
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Pero “El hombre quieto” es más que un drama romántico: es una película cálida sobre el sentido de pertenencia, sobre la tierra y cómo lo conquista a uno, sobre el amor que cambia y hace que uno quiera pelearse con el mató del pueblo. De nuevo Wayne se une con John Ford, y el resultado es único. Una de las grandes películas de la historia del cine.
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3.- MÁS CORAZÓN QUE ODIO (1956)
Una casa en medio del valle. Ethan Edwards (Wayne) regresa de la guerra. Lo esperan su hermano y su cuñada. El saludo de la cuñada lo dice todo. Un beso en la frente, una mirada tímida, un gesto de cariño, la canción que cambia de tono en el momento justo: el verdadero amor de esa mujer estaba en el hermano de su esposo.
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Pero llega una tribu india y asesina a toda la familia, secuestrando a la hija menor. Ethan jura recuperarla. Y lo que veremos es un viaje por el oeste americano más árido y violento para recuperar a la chica. Un viaje de años, en el que Wayne muestra su visceralidad siempre con gestos mínimos, que calan más hondo. Es que así era John Ford, un cineasta con la sabiduría necesaria para no desperdiciar un plano, para dar la información justa y necesaria y, de esta forma, que la emoción sea más genuina. “Más corazón que odio”, considerada por cineastas tan distintos como Martin Scorsese y los hermanos Dardenne como una de las 10 mejores películas de la historia del cine, no envejece. Y no envejecerá jamás.
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4.- RÍO BRAVO (1959)
Un sheriff debe defender a su pueblo de una banda de maleantes. Él cree que lo tendrá que hacer solo, pero de pronto comienza a recibir la ayuda de todos los que confían en él. “Río Bravo”, unión de Wayne con otro de los directores más grandes de la historia, Howard Hawks, es un western que tiene todo: risas, acción, tensión y un protagonista que se las trae. Además, hay un par de personajes secundarios que quedan en el recuerdo, como Dean Martin y el notable Walter Brennan.
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5.- UN TIRO EN LA NOCHE (1962)
James Stewart vuelve al pueblo donde es una leyenda: él mató a Liberty Valance, el delincuente que aterrorizaba el lugar. Él llega para despedir a Wayne, que acaba de morir. Y, por primera vez, decide contar la historia. Una historia que es, además, un homenaje al Viejo Oeste, a ese mito construido en el cine y que hoy, a pesar de que casi no se producen westerns, sigue generando una fascinación especial. El oeste nunca morirá, y John Wayne nos lo recordará por siempre.
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