Magdyel Ugaz cuenta que la huracanada Teresita, de “Al fondo hay sitio”, se ha convertido en una de sus mejores amigas. “Me ha acompañado y sostenido”, comenta la actriz, para luego agregar que admira su forma de zurrarse en el “qué dirán”, de superarse y de enfrentarse a sus rollos y los estereotipos con el físico. En diciembre, la teleserie le dirá adiós a la pantalla chica.
— ¿Cómo crees que tu personaje ha evolucionado?
Me sorprendió su etapa de madre. Hasta el último momento nadie creía que ella iba a ser mamá. Sí, tiene un lado de niña; sí, siempre ha sido hijita de papá, y hasta ahora le dicen 'la bebe' a pesar de sus 32 años. Pero sí asume su rol de madre, lo hace bien y puso los puntos sobre las íes cuando vio que la persona que tenía que responder junto a ella –el padre– no lo hacía, cosa que yo no imaginé. Entonces la admiré una vez más.
— ¿Qué no extrañarás de ella?
Es un trompo y anda a mil. A veces me agota y me dan ganas de decirle: “¡Ya para Teresa, basta! ¡Deja de andar saltando como si tuvieras un resorte en el cuerpo! ¡Un poco de silencio, Teresa!”.
— Por 8 años AFHS ha sido un exitazo. ¿Hubo saturación en algún momento?
Sí, sobre todo en el primer año. Mi personaje tuvo mucho foco. Yo salía de un momento personal fuerte, de repente entré a AFHS y pasaron un montón de cosas. Recuerdo que tuve una crisis de estrés y sentía que no lo iba a poder manejar. Pero, bueno, aquí estamos 8 años después, agradecidos y contentos.
— ¿Y qué es lo mejor de interpretar a un personaje tan querido?
Que gente que no conozcas diga que eres parte de su vida, que estuviste con ellos en una quimioterapia y que los ayudaste a sostenerse. Sentir que con tu trabajo puedes ayudar de esa manera no tiene precio.
— El coqueteo con el ego es bacán, pero hay límites. ¿El éxito puede ser un impostor y generar miedos, inseguridades y ansiedades?
El ego está ahí todo el día, te quiere sabotear, endulzar, seducir, para que uno se deje coquetear y pierda la perspectiva. Pero uno tiene que saber que está acá porque quiere interpretar, transmitir, vivir haciendo personajes, conocer historias, seguir metiéndose en otras pieles. Porque esto es lo que quiero hacer toda mi vida. No busco ser famosa. Mi rollo no es estar en la televisión. Mi rollo es hacer personajes, ya sea en la TV, el teatro o el cine. Quiero seguir actuando, aprendiendo y retándome.
— ¿Qué te convenció de interpretar a la mamá de Paolo Guerrero?
Cuando me llamaron y me propusieron el cásting, dije: “Guau, qué nervios”. Lo hice y cuando me comunicaron que yo iba a hacer el personaje, tuve miedo, conversé con Micky [Miguel Valladares, la cabeza de Tondero, que produce el filme], hablamos sobre los pros y los contras.
— ¿Cuáles son los pros?
Es un 'personajón'. Doña Peta es una mujer riquísima para interpretar. Es una mujer fuerte con la que me identifico totalmente. En ella veo a mi mamá, abuela, hermana y a mí misma. Veo mi historia y las de muchas mujeres a las que tengo cerca. Peta me abrió los brazos y me dio toda la confianza del mundo. Me dijo: “Yo quería que tú hagas el personaje”. Eso fue un honor para mí. Decidí aceptar el papel y chambearlo lo mejor posible.
— ¿Cuáles son los contras?
No tengo la piel oscura y sabía que iban a decir que no están de acuerdo con eso. Sabía que principalmente eso me iba a jugar en contra.
— ¿Te parece un tema menor? ¿O te parece un tema por atender?
Me parece un tema importante del que se tiene que hablar. Pero Peta también es una mujer fuerte, que tiene barrio y humor, y esos son temas importantes que tenían que reflejarse en la película. Son características que tuvieron prioridad a la hora de elegir a la actriz. Pero tampoco se puede hacer oídos sordos. Cuando le pregunté a Micky, él me dijo que esto pasó por Peta, el director y el productor. Se conversó, se evaluó y se tomó una decisión. Para mí ha sido un honor y no iba a ser yo la que iba a poner el pero. Esto representaba un reto y me entusiasmaba mucho hacer el personaje.
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— ¿Consideras que son justificadas las críticas sobre racismo?
Siento que son válidas, definitivamente. Sí existe la discriminación en nuestro país. Es válido alzar la voz. Pero, en el caso de la película “Guerrero”, creo que es apresurado. Es injusto que digan que la película discrimina cuando todavía no han visto el trabajo que hemos hecho. Definitivamente, no es una película que busca desunir, no es una película que busca discriminar. Es una película que busca unir y que un sueño se haga realidad. Peta es una mujer que luchó junto con su hijo para que tenga un futuro, y lo logró. Están haciendo comentarios un poco apresurados, creo yo. Tenemos que esperar un poquito.
—Debes tener amigos afroperuanos.
Por supuesto.
—¿Te han vacilado con el tema?
Claro que me han hecho muchos comentarios. Me han mandado memes y cosas, y los entiendo.
—¿Y les parece?
Hay comentarios divididos por todos lados y los entiendo. Pero también pido la chance de que vean mi trabajo, porque me duele que digan que me han regalado el personaje porque Micky es mi mánager, y que se desmerezca que yo tenga una carrera. He leído comentarios de compañeros afroperuanos que dicen que me dieron el personaje porque soy una actriz que tiene cartel, y no vean que soy una actriz que ha hecho cine y teatro. Respeto sus comentarios pero también me parecen injustos. Porque me he fajado por este personaje, me he sacado el ancho y lo he trabajado con mucho profesionalismo.