En medio de una sociedad donde el aislamiento es casi la norma, no es extraño que la anomalía sea entablar conversaciones o conseguir amistades duraderas, así como permitir desapegarnos de aquellos pocos vínculos que conseguimos establecer. Como recordatorio de nuestra importante característica de animales sociales, aparece “Robot Dreams” -también conocida como “Mi amigo robot”- una cinta que se suspende entre el ideal de la nostalgia y la melancolía del amor perdido.
“Esta película está hecha para que llames a un amigo que no has visto en años, a tu madre, a alguien de quien ya no sepas mucho o cualquier persona con quien compartiste una historia. Esta cinta exige que salgas de casa, de la soledad”, enfatiza el director Pablo Berger en entrevista con El Comercio.
La trama de esta cinta sigue la historia de un perro, llamado literalmente Perro, quien compra un robot para que lo acompañe en esa soledad tan angustiante que viven en la Nueva York de los años 80. Este vínculo que se desarrolla durante un verano se verá interrumpido por un acontecimiento que marcará la separación de sus caminos.
“Esta es una carta de amor a Nueva York, a una ciudad que conocí hace muchos años, que era el centro comercial del mundo, donde formé parte, me convertí en director de cine y me convertí en un adulto, pero que ya no existe más que en mis recuerdos”, comenta el director, quien adapta esta obra de la novela gráfica homónima de Sara Varon. “La primera vez que la leí, cuando acabé la novela, se me salieron las lágrimas, estaba profundamente conmovido, ahí empecé a visualizar a los que perdí, mis padres, mis amigos y otras personas, también empecé a ver esto como una película al pensar que otras personas también se recordarán de seres queridos”, agrega el cineasta que cree que las películas nunca acaban, pues el espectador siempre puede verlas nuevamente para aprender cosas diferentes.
Al igual que en la versión en papel, ambas obras mantienen el silencio como elemento que enriquece la narrativa. “Lo que hace único al cine es que puedes contar historias con imágenes, con esta película me siento como un terrorista cinematográfico contemporáneo porque me atrevo a hacer que los espectadores, aún sin escuchar diálogos, puedan soñar despiertos a través de una experiencia sensorial más que intelectual”, explica Berger, quien repite la misma fórmula de su película “Blancanieves” (2012), pero que esta vez aplica en esta primera película de animación que realiza.
Difícil competencia
¿Podrá ganarle a “El niño y la garza” y “Elementos”? A diferencia de esas grandes producciones, una hecha por una casa de animación más querida en occidente y oriente, y la otra producida por Disney, esta propuesta española, que contó con un presupuesto limitado, provocó que Berger y su equipo apostaran por convertir esta cinta en una especie de máquina del tiempo que, a través de canciones como “September” de la banda Earth, Wind and Fire o la inclusión de las Torres Gemelas en escenas sacadas de otros tiempos, nos recuerda momentos pasados.
“Muchas veces yo he sido Perro y puedo ver que lo que pasa en la cinta es un reflejo de lo que pasa hoy, sin duda en estos momentos la gente se siente más sola que en el pasado, el streaming o las plataformas que permiten ver cosas desde casa hacen que nos aislemos más. Me encantaría pensar que con esta película se junten más las personas”, menciona Berger, quien consecuente con su pensamiento de que el cine debería juntar personas en lugar de separarlas, no ve competidores en los Premios Oscar, sino grandes referentes para su propio cine.
“Para hacer esta película siempre miré hacia Japón, tanto a Miyazaki, quien es el maestro y yo el aprendiz, como a Isao Takahata. Esta forma de afrontar la narración para mi película se apoya en la forma en la que ellos lo hacen, por eso es un honor competir con el exponente de Ghibli”, expresa Berger, quien también tomó inspiración de obras como “Mi león”, de Mandana Sadat, “Los viajes” de Mitsumasa Anno, o “Circus” de Ana Juan.
Con dos premios Goya respaldando a Berger de cara a los Premios Óscar, “Mi amigo robot” se estrenará el 29 de febrero en todos los cines a nivel nacional, con la esperanza de transmitir su mensaje principal. “Recordar a las personas de nuestro pasado nos ayuda a entender que somos el resultado de esas experiencias y que, en última instancia, somos esas experiencias”.
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