Neil Patrick Harris borrará el 22 de febrero de su lista de tareas pendientes la de presentar los Óscar 2015. Ya poco más le quedará por conseguir en una carrera marcada por la versatilidad y el sentido del humor.Harris despuntó siendo un niño al interpretar al médico precoz Doogie Howser en televisión. Ahora se le puede ver en un papel dramático en “Perdida”, la última película de David Fincher. Y entre una cosa y otra se confirmó como una estrella del teatro y se hizo popular por su papel de mujeriego en la comedia televisiva “How I Met Your Mother”, demostrando que su abierta condición de homosexual no influyó en la credibilidad al personaje.Harris, de 41 años, no sólo actúa, sino que baila, canta y tiene un sentido del humor amable que lo emparenta con Ellen DeGeneres, su antecesora en la gala de los Óscar del año pasado.“Es un animador consumado. Su encanto y sus dotes teatrales le hacen el presentador ideal”, dijo la presidenta de la Academia, Cheryl Boone Isaacs, de cara a la gala del 22 de febrero.Parece que muchos opinan como la presidenta, porque Harris ha presentado dos veces la gala de los premios televisivos Emmy y cuatro veces la de los teatrales Tony.
UN GRAN DESAFÍO“Tengo que admitir que estoy nervioso, pero es mucha menos presión que estar nominado”, dijo al diario “The New York Times” Harris, que considera que presentar los Óscar es “un sueño hecho realidad”.Harris ha llegado lejos y a su edad no parece tener límites. Aficionado a los musicales, “Annie” tiene un significado especial. “Me hizo querer quizás algún día llegar a la gran ciudad y hacer algo más grande. Yo no era huérfano, pero me encantaba que esa pequeña historia se transformara en una aventura mucho mayor”, dijo en la última edición de la revista “Entertainment Weekly”. La publicación lo pinta de dorado a modo de estatuilla y lo define como “el chico de oro”.Harris nació en Albuquerque, llegó a la gran ciudad, primero a Broadway y ahora a Hollywood, y ahí se quedó.“Lo hemos seguido y lo hemos visto explotar en películas, en televisión, en el escenario. Trabajar con él en los Óscar en la tormenta perfecta, con todos sus recursos y su talento juntos en un escenario global”, se ilusionan Craig Zadan y Neil Meron, productores de la gala por tercer año consecutivo.
“TODO PUEDE PASAR”El año pasado, con DeGeneres al mando, se alcanzaron 45 millones de espectadores en Estados Unidos, más de 1.000 millones de comentarios en twitter y 25 millones de interacciones en Facebook, según la Academia.El “selfie” de DeGeneres con algunas de las principales estrellas del cine fue la foto más retuiteada de la historia: 32,8 millones.Harris, como DeGeneres, forma parte de ese selecto club de presentadores profesionales con todos los atributos para conducir galas y entre los que podría incluirse también a Hugh Jackman, Chris Rock, Jon Stewart, Billy Crystal, Tina Fey y Amy Poehler. Todos ellos capaces de gustar a una audiencia amplia, generalmente más interesada en el show en sí de tres horas que en si uno u otro ganan la estatuilla.“Todo puede pasar. Cualquier cosa”, dice Harris en uno de los videos de avances promocionales de la gala, que promete ser “muy divertida”.Bromas, música y baile se dan por supuesto, pero no sólo. Harris ya mostró que puede ser incómodo con la Academia. Al conocerse las nominaciones lanzó en twitter que todos los seleccionados “son muy blancos”, en referencia a la falta de diversidad racial y a la ausencia entre las nominadas de la película “Selma”, que retrata un importante episodio de la lucha por los derechos civiles de la población negra en Estados Unidos.Un presentador debe ser crítico con la industria, divertido, bromista (pero con límites), ágil y mantener la energía durante tres horas. Muchos requisitos que no asustan al versátil Harris. (DPA)