La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas anunció este lunes 13 de enero todas las películas candidatas a llevarse el premio Oscar 2020. El galardón más importante del cine revelará la lista de nominados para la edición No. 92 de la ceremonia del 9 de febrero en el Teatro Dolby de Los Ángeles, California (Estados Unidos).
Para tener un panorama de las posibilidades de ganar de cada película, recordamos lo que dijo el crítico de El Comercio sobre las principales cintas que tentarán una estatuilla este año.
“The Irishman” (“El irlandés”) - 5 estrellas de 5
Mucho hay por decir de esta obra maestra. Es una película de tres horas y media que cuenta la vida de sus personajes en retrospectiva. Es decir, Scorsese no filma tanto el presente, sino el pasado, con toda la carga evocativa y a la vez mórbida que supone. En ese sentido, la fotografía de Rodrigo Prieto se acerca a la de Gordon Willis en “El padrino”: está más cerca de los claroscuros de Rembrandt, de tonos sepias y oscuridades densas.
Y ese tenebrismo, ese aliento fúnebre persigue como una perenne aureola a Sheeran, el personaje omnisciente, gigante recio y de pocas palabras, veterano de la Segunda Guerra Mundial que es adoptado por Russell Bufalino (Pesci). Este último es un Mefistófeles, gran capo de la Costa Este que secuestra el alma de este irlandés que hace de Bufalino su señor. Hay algo fáustico en este trato entre Sheeran y Bufalino, y algo trágico también. Sigue leyendo la crítica aquí.
“Joker” (“Guasón”) - 4 estrellas de 5
Lo interesante del filme escrito y dirigido por Phillips es que nos instala en una sociedad despiadada, una urbe de indiferencia generalizada que hace recordar –también por los tonos entre tornasolados, crepusculares y oscuros– a “Taxi Driver” (1976). Las similitudes de Arthur Fleck (Joaquin Phoenix) con el enloquecido Travis de la célebre cinta de Scorsese son claras: aislamiento, desconexión, interiorización del dolor y la rabia, etc.
Pero si “Taxi Driver” tenía un registro a veces caleidoscópico y contemplativo, “Joker” es más una radiografía casi clínica que se concentra en el proceso ascendente de enajenación del protagonista. En la cinta de Phillips, los personajes secundarios no son muy logrados. Todos son casi excusas para la observación del agravamiento del estado mental de Arthur, quien, sin embargo, debe enfrentar una toma de decisión trascendente. Sigue leyendo la crítica aquí.
“Once Upon a Time in Hollywood” (“Había una vez en Hollywood”) - 5 estrellas de 5
Es 1969 en Los Ángeles, y nuestros protagonistas son aspirantes a estrellas o actores que nunca llegaron a las ligas mayores. Precisamente este último es el caso de Rick Dalton (Leonardo DiCaprio), actor ya maduro especializado en hacer de cowboy y que estelariza una serie televisiva. A él lo acompaña, dondequiera que va, Cliff Booth (Brad Pitt), mezcla de doble de acción, asistente personal y mejor amigo que siempre se mete en problemas.
Es claro que Dalton simboliza al viejo Hollywood, el que ya no tiene cabida frente a una nueva generación –la de los sesenta, década hippie y revolucionaria– que emergió para barrer todos los imaginarios del pasado. Por ello es muy significativo que los vecinos que viven al lado de Dalton, en el tope de la colina, sea el flamante matrimonio compuesto por el director del momento, Roman Polanski, y su esposa embarazada Sharon Tate. Sigue leyendo la crítica aquí.
“The two popes” (“Los dos papas”) - 2.5 estrellas de 5
La concepción de la historia, tomada de la vida real, parte de la votación para elegir un nuevo papa, en el 2005. Se trata del cónclave de cardenales, con todo el ritual antiguo que es en sí mismo un espectáculo fascinante. Meirelles (el director) también utiliza imágenes de archivo de los noticieros de televisión, lo que, sumado a las locaciones del Vaticano, lleva a Hopkins y Pryce hacia un verismo casi documental de los hechos.
Lo mejor de la cinta, y quizá sea ocioso decirlo, tiene que ver con el duelo actoral de Pryce y Hopkins. En este caso, tenemos un enfrentamiento sabio y crepuscular, aunque punzante; un ejercicio artístico donde los dos están en pleno dominio de sus talentos. Se aprecia, con deleite, una serie de conversaciones, de agudos exámenes entre uno y otro que dejan aflorar una sutil mezcla de rivalidad y complicidad. Sigue leyendo la crítica aquí.
“Dolor y gloria” - 5 estrellas de 5
Con una habilidad casi milagrosa para hacer imperceptible cualquier movimiento de cámara, Almodóvar nos presenta a Salvador Mallo (Antonio Banderas), viejo cineasta en plena crisis existencial que, desde el primer momento, sabemos es un álter ego del cineasta manchego. Salvador tiene múltiples dolencias físicas, pero también sufre de una especie de cansancio para vivir, para amar, y para seguir creando.
Pero Almodóvar, a pesar de tocar temas muy dramáticos, esquiva todas las trampas del efectismo. También le da la espalda al melodrama, género que él supo recrear con nobleza. En “Dolor y gloria”, en cambio, el torrente de emociones que asaltan a Salvador –una actuación consagratoria de Banderas– está contenido en un tenso y contrito estado de reflexividad, donde todo lleva a la evocación, a una proyección que viene del pasado. Sigue leyendo la crítica aquí.
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