Lo vivió como hincha, pero trabajó como cineasta. Aun así, el sentimiento siguió allí. “Tuve que sacarme la camiseta y ponerme el gorrito del director”, comenta Eduardo Mendoza sobre su más reciente trabajo, el documental “Contigo Perú”, que estrena hoy y que sigue todo el proceso que nos llevó al Mundial de Rusia 2018 –toda una telenovela en sí misma–, pero narrado desde el punto de vista de sus apasionados hinchas. “El fútbol y el cine son dos de mis grandes pasiones –agrega–. Pero cuando estás dirigiendo una película sí debe de haber una distancia, a pesar de que hay historias y momentos muy emotivos no solo por la parte de la selección, sino de la gente”.
► “La película me hizo ver que podemos ser peruanos, solo peruanos, gracias al fútbol”► “Contigo Perú”: la película en homenaje a la hinchada peruana que hizo historia en Rusia 2018
Le dijeron que estaba loco cuando empezó a tramar este documental: fue en noviembre del 2016, cuando la selección venció 4-1 a Paraguay en Asunción. Aún era muy temprano para esperanzarse con la clasificación, pero Mendoza dice que vio una actitud diferente en el equipo y se la jugó.
Por eso su película incluyó varios de los puntos más altos y emocionantes del proceso eliminatorio y se extiende hasta el tercer partido de Perú: victoria 2-0 sobre Australia en Sochi, y cierre de uno de los ciclos futbolísticos más electrizantes que nos haya tocado vivir. “Contigo Perú” se estructura intercalando dos líneas narrativas: por un lado el camino en las Eliminatorias y por otro la forma en que la hinchada se volcó a vivir el Mundial. En este último grupo se mezclan los 50.000 peruanos que decidieron cruzar el mundo hasta Rusia, sin escatimar en vender sus autos o pedir gruesos préstamos, con aquellos que vivieron la fiebre pelotera desde los más diversos rincones del país, como Lima, Chincha, Cusco, Puno, Tarapoto y más.
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Un solo corazón
“Lo que yo quería era mostrar cómo a través de esta experiencia deportiva el país encontró un sentimiento común que sirvió para unirse –explica Mendoza–. Y una de las razones es que la gente se identificó con los valores de esta selección: la disciplina, el compromiso, el trabajo en equipo. Cosas que no ocurrieron en procesos anteriores. Entonces no solo fue la alegría y la euforia por el triunfo, sino aspectos mucho más fuertes que generaron una gran identificación”.
Una unidad que se refleja en las múltiples voces incluidas en el documental: las de Ricardo Gareca, Juan Carlos Oblitas y casi todos los jugadores; la de Rubén Sangama y otros hinchas de Lamas, en la selva de San Martín, que se reunían para escuchar los partidos por radio; o incluso las voces de Daniel Peredo y Augusto Polo Campos, los ausentes que se hicieron sentir más que nunca.
Ya pasó casi un año de ese sueño que hicimos real. Y aunque estamos más cerca de empezar un nuevo proceso, conviene revisar el pasado para recordar que se puede. Ojalá se repita.