El deseo de Philip Seymour Hoffman al morir, según dejó claro en su testamento, era que crezcan lejos de Hollywood. Además, otorgó todos sus bienes a Mimi O'Donell, madre de sus tres primeros hijos. Ambos se conocieron en 1999, mientras actuaban en la obra “In Arabia We'd All Be Kings”.
Según el documento, Seymour Hoffman quería que sus hijos fueran criados en Nueva York, debido a su oferta cultural. De no ser posible, señaló que Chicago o San Francisco también eran opciones siempre y cuando visiten Nueva York por lo menos dos veces al año.
Los dos hijos más jóvenes del actor no fueron mencionados en el testamento ya que este fue escrito mucho antes de que nacieran. El actor ganador del Óscar fue encontrado muerto en su departamento el pasado 2 de febrero, debido a una aparente sobredosis de heroína.
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