RODRIGO BEDOYA FORNO (@zodiac1210)
Hoy se exhibe en Lima una de las cintas más importantes de los últimos años, no solo por repercusión sino en calidad. “La vie d´Adéle”, de Abdellatif Kechiche, obtuvo la Palma de Oro en el festival de Cannes del año pasado, pero eso es lo menos importante: se trata de una gran película, de una historia de amor enérgica y apasionada, no solo en los momentos románticos o eróticos, sino también en su visión del desamor y del dolor. La cita es hoy, a las 8:15 p.m., en el Centro Cultural de la Universidad Católica (CCPUCP, Camino Real 1075, San Isidro) y aquí te damos tres motivos por los cuales tienes que ir temprano a comprar tu entrada.
1-Por sus actrices
Adéle Exarchopoulos y Léa Seydoux. La primera es Adéle, una adolescente que va descubriendo su propia sexualidad. Y la segunda es Emma, una guapa pintora que se interesa por la chica desde el primer minuto. Ambas están notables: son seductoras al principio, cómplices en el romance intenso que viven e intensas cuando los problemas golpean. Y ambas, de más está decirlo, son bellas.
2-Por Abdellatif Kechiche
Sí, es complicado de pronunciar, pero este cineasta francés de origen tunecino es uno de los más importantes del país galo. Con seis películas, ha sabido construir varias cosas: la primera son sus retratos de comunidades de inmigrantes vistos en su más profunda intimidad. Ya sea la familia de “Le grain et le mulet” como los chicos de una barriada parisina en “L' esquive”, Kechiche mira grupos humanos en su casa o en el colegio, pegándonos a su día a día, mostrándonos su propia cotidianidad y viendo cómo lo social se confunde, para bien o para mal, en esa intimidad.
Pero también el cineasta ha construido un cine de discurso romántico intenso: ya sean los niños enamoradizos de “L´esquive” como las chicas de “La vide d´Adéle”, el cineasta crea historias de amor fluidas, en donde el romance se siente y se vive con la misma intensidad que como lo viven los personajes que vemos en escena. El cine de Kechiche, en ese aspecto, es pura pasión.
3-Por su realismo
Y justamente esa pasión se encadena con el estilo del realizador: realista, con una cámara en mano que se acerca a sus personajes, a sus cuerpos y a sus rostros, como queriendo meterse en lo más profundo de su intimidad. El cine de Kechiche no es tímido: por el contrario, se adentra en lo más cotidiano de sus personajes. Y, en el caso de “La vie d´Adéle”, se adentra en un romance desesperado, urgente, que tiene tanto de descubrimiento para las chicas como de grito de liberación. La larguísima escena de sexo entre las dos protagonistas, tan comentada, es notable porque justamente tiene un sentido de la urgencia y de la pasión que cala profundamente, en la que se siente el deseo y el cariño que se tienen los personajes. Pero quizá lo mejor viene hacia el final, cuando los problemas irrumpen, las tensiones afloran y el desasosiego también se expresa en urgencia. Urgencia que Kechiche capta como pocos cineastas.
Por esos motivos, hoy vaya temprano al CCPUCP y compre su entrada para “La vie d' Adéle”. Después de verla, vas a querer que Francia pase a la semifinal mañana. Y que campeone el mundial. Ese es el poder del mejor cine galo.
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