El año pasado, cuando se desató la pandemia del coronavirus y se iniciaron las cuarentenas, no fueron pocos los artistas que se vieron de pronto con exposiciones interrumpidas y con obras en proceso. En ese escenario, surgió el proyecto De Voz a Voz Perú, una iniciativa de El Comercio y el Museo de Arte Contemporáneo (MAC), mediante la cual se convocó a artistas de edades, estilos y técnicas diversas para que presentaran una obra producida durante la pandemia. Gracias al auspicio de Telefónica del Perú, estos trabajos pudieron ser vistos por el público en las páginas de este Diario a manera de coleccionable, desde el 6 de diciembre pasado hasta el 25 de abril de este año.
Se sumaron al proyecto 22 artistas y se mostraron 21 trabajos (Primitivo Evanán y Valeriana Evanán presentaron una obra en coautoría). Todas estas piezas resultaron no solo valiosas desde un punto de vista artístico, sino también por la forma en que fueron pensadas, procesadas y realizadas en un tiempo difícil para todos. Estas pinturas, grabados, fotografías e instalaciones, así como los videos con testimonios de los participantes, han sido reunidas, finalmente, en una exposición presencial en el Museo de Arte Contemporáneo, de Barranco, que puede ser visitada hasta el próximo 6 de junio.
Reflexión e incertidumbre
De los 22 artistas que se sumaron al proyecto, 12 fueron mujeres. Si bien cada uno de los participantes presentó una obra libre, sin una temática preestablecida, se mostraron algunas constantes, especialmente entre las artistas, cuyos trabajos podrían agruparse en tres rubros: una reflexión sobre los efectos de la pandemia; la violencia de género; y la monotonía y aceptación de la rutina.
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Sobre lo primero, destacan tres obras: la de la artista de Ucayali Lastenia Canayo, cuya propuesta está basada en la concepción de los shipibo-konibo sobre la existencia ‘dueños’ de plantas o seres del bosque. Ella, en sueños, pudo ‘ver’ al guardián del coronavirus —una especie de insecto gigante— y lo plasmó en una pintura que en palabras de la curadora de la exposición Giuliana Vidarte “terminó por darle forma y figura al virus, y nos permitió abrir la muestra y presentar lo que tenían que decir los otros artistas sobre esta nueva realidad”.
La otra es una pieza de Nani Cárdenas creada a partir de una serie de planchas de acrílico perforadas que previamente fueron usadas para la elaboración de caretas faciales. Estas fueron unidas y tejidas con hilos de cobre para dar la impresión de una gran celosía. “Al ver esos círculos perforados con las proporciones del rostro daban la sensación de una ausencia y presencia humana a la vez”, comentó Cárdenas, al explicar su trabajo. Una metáfora que resumía muy bien la existencia precaria a partir de la irrupción de la pandemia.
Y la tercera propuesta es la presentada por Susana Torres: ella intervino uno de sus huacos retratos y los cubrió con una gasa a manera de momia o mallqui. “Ese trabajo resume —apunta Vidarte— lo que estamos viviendo, cómo hemos sido alterados y nos hemos visto obligados a cubrirnos, a protegernos, a utilizar tapabocas; es una pieza que da cuenta del proceso por el que hemos pasado todos”.
La violencia
Uno de los espacios centrales de la exposición la ocupa una instalación realizada por Natalia Iguiñiz, titulada “Dejo este cuerpo aquí”. Se trata de un conjunto de piezas de cartón reciclado que muestran serigrafías del cuerpo fragmentado de una mujer, al que se añaden frases tomadas de “Los diarios del cáncer”, de Audre Lorde. Esto no solo alude a un momento en que se pierden vidas, sino a la situación de muchas mujeres durante la cuarentena. “En las ciudades los cartones son descartados como nuestros cuerpos cuando enfermamos, empobrecemos, o cuando somos violentadas, esterilizadas, mutiladas o quemadas”, afirma Iguiñiz sobre esta serie.
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La rutina
Y el último gran referente ha sido el efecto de la rutina que llevó a algunas artistas ha explorar en otros aspectos de la creación. Ese fue el caso de la escultora Silvia Westphalen, quien, lejos de su taller, comenzó a dibujar en cartulinas y a usar colores no habituales en sus esculturas: “Creo que he estado redescubriendo otro lenguaje”, dijo ella. Los dibujos que exhibe son series de líneas azules y verdes que ella identifica con elementos como el oxígeno y el agua, tan necesarios en estos meses. “Es interesante como la artista conceptualiza el dibujo”, afirma Vidarte. “Normalmente en el trabajo con la piedra, Silvia sentía que iba sacando material para dar forma a algo, pero con el dibujo sucedió al revés, descubrió que más bien sumaba formas y líneas, era como un proceso inverso. Creo que esa puede ser una analogía a esos cambios que todos nos hemos visto obligados a hacer”.
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En este aspecto, el caso de Luz María Bedoya resulta elocuente. Ella presenta una serie de cuadernos escritos con planas repetidas que aluden a la monotonía y el hartazgo:
“Eran palabras que iban saliendo como respuestas a la experiencia de este momento”, dijo sobre este trabajo. Algunas de estas frases escritas son: “Sobre la distancia”, “Sobre la demora”, “Sobre la repetición” y “Sobre lo común”.
“Lo interesante de la muestra y con lo que el público se ha identificado mucho —añade la curadora— es que las obras permiten ir paso a paso: de la parálisis inicial y el aislamiento, se va a la protección y al establecimiento de nuevas rutinas, es algo que los artistas, como todos, han realizado en estos meses”. De esta manera, estas obras —aunque algunas más críticas que otras— evidencian siempre una transformación, un antes y un después de la pandemia.
Participantes
Artistas participantes: Valeriana y Primitivo Evanán, Alberto Casari, Mariella Agois, Teresa Burga, Esther Vainstein, Moico Yaker, Natalia Iguiñiz, Nani Cárdenas, Josué Sánchez, Lastenia Canayo, Javier Silva, Santiago Yahuarcani, Susana Torres, Antonio Paucar, Flavia Gandolfo, Silvia Westphalen, Gerardo Chávez, Luz María Bedoya, Eduardo Tokeshi, Sandra Gamarra y Roldán Pinedo.
Más información
De Voz a Voz Perú. Lugar: Museo de Arte Contemporáneo (av. Grau 1511, Barranco). De martes a domingo, de 2:00 p.m. a 6:00 p.m., hasta el 6 de junio.
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