Puntal de una bohemia integrada por Almodóvar, Serrat, Sabina, Miguel Ríos y Almudena Grandes, con quien se casó, el filólogo y poeta Luis García Montero (Granada, 1958) es también director del Instituto Cervantes, que estudia la presencia del español en el mundo a través de investigaciones de especialistas. Así, en su Anuario 2021 aparecen estos números: de 591 millones de usuarios (el 7,5 % de la población mundial), 493 millones tienen el español como lengua materna: es la segunda del mundo por número de hablantes y la tercera lengua global de hablantes. Y seguirá creciendo, tanto que en 2060 Estados Unidos será el segundo gran país hispanohablante después de México.
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Como no todo puede ser demográfico, ¿a qué atribuye semejante multiplicación exponencial?
Pues influyen varias causas. En primer lugar, claro, la demografía, y después el interés que despierta una lengua que es la segunda en hablantes nativos después del chino mandarín y la tercera en comunicación después del inglés y el chino. En este momento hay más de 27 millones de personas estudiando el castellano o español. Sin duda es una lengua que despierta interés cultural, comunicativo, laboral y económico. Más allá de las cifras, debemos trabajar por su prestigio.
El Instituto Cervantes se funda hace 30 años. Sintomáticamente, en ese tiempo el número de hablantes se ha incrementado en un 70%. ¿Qué siente su director, que además es un célebre poeta y filólogo?
Ni que decir tiene que el crecimiento no se debe al trabajo del Instituto. Lo que me alegra es que la lengua sea fuerte y se extienda por el mundo. Nosotros solo intentamos estar a la altura de los retos de toda la comunidad. En la administración Trump, con la consigna del solo inglés, se quiso caricaturizar al español como una lengua de pobres. Eso ya es imposible porque la comunidad hispana de EE.UU. supone ya la octava economía del mundo. Hay que trabajar para que el español no solo sea la lengua de Cervantes o de Blanca Varela, o de César Vallejo, sino una lengua de prestigio científico y tecnológico, comprometida con el futuro de los valores democráticos y el respeto a la pluriculturalidad. Me gusta saber que cuando escribo un poema puedo llegar a casi 500 millones de hablantes nativos que aprendieron en una misma lengua a relacionarse con su territorio y con sus mayores.
¿Por qué el Instituto Cervantes recién se funda en 1991? La Alianza Francesa remonta a 1883, la Sociedad Dante Alighieri a 1889, el British Council a 1934 y el Instituto Goethe a 1951. Un factor puede ser la dictadura franquista, ¿pero antes de ella?
Es verdad. Si se compara con otras instituciones hermanas en Alemania, Francia o Reino Unido, el Instituto Cervantes es una institución muy joven porque su nacimiento es inseparable de la democracia. La retórica de la dictadura franquista era una farsa de tonos imperiales como si la lengua fuese propiedad de España. Los españoles solo somos el 8% de una comunidad muy grande. Los países hermanos nos fortalecemos recíprocamente en el horizonte internacional. Además, el Cervantes trabaja por valorar la convivencia con otras lenguas. Fue una lengua vehicular desde su nacimiento. Hay más de 4.000 palabras de origen árabe en el idioma, una lengua que se ha enriquecido al convivir con las lenguas peninsulares y las lenguas indígenas. Estos rasgos que caracterizan el trabajo del Instituto Cervantes eran incompatibles con una cultura no democrática.
Habiendo España establecido una ruta de diálogo, mestizaje y reconocimiento panhispánico, ¿por que cree que se estigmatizó al español como la lengua de los pobres?
Pues porque el supremacismo estadounidense quiso despreciar a los migrantes y usarlo como mano de obra barata. Tenemos una cultura muy importante, pero no debe olvidársenos que en nuestras sociedades el neoliberalismo ha abierto más aún la brecha entre las élites y las poblaciones pobres y, en este sentido, apostar por la ciencia, la cultura y la tecnología supone apostar por un desarrollo social más justo, más equilibrado y democrático. Así resultará más difícil que los supremacistas intenten caricaturizarnos.
En una dinámica de 500 millones de nativos, ¿qué características específicas tiene el español que practicamos en el Perú?
Acabamos de publicar un libro reuniendo a escritores de todos los países de habla española que se titula “Lo uno y lo diverso” (Espasa, 2021). La unidad supone tomar conciencia y respetar los matices. Eso es lo que estudia la filología desde que Andrés Bello abrió el horizonte panhispánico con su “Gramática de la lengua castellana para uso de americanos”. Y es un libro de 1847. Nadie es dueño del idioma. No hay centros. Y algo tan cercano a lo materno se llena de matices. Se mantiene la unidad de sentido y comprensión, pero conviven los matices. Se producen bromas sobre todo con algunas palabras de tinte sexual, pero la variedad de tonos y significados se enraíza con los territorios.
Permítame una frivolidad: ¿los peruanos tenemos un acento neutro? Y si así fuera, ¿por qué debería considerarse una ventaja y hasta llenarnos de orgullo?
No es un acento tan llamativo como el de los mexicanos o el de los argentinos. Eso tiene sus consecuencias. Me enteré hace poco que algunas empresas prefieren atender con acentos neutros sus teléfonos y buzones de voz para aparentar un trato más hospitalario, menos identitario. Pero, en realidad, lo que debe llenarnos de orgullo a todos es saber que hablamos nuestro idioma según se habla en nuestra tierra. Yo soy andaluz y durante años se despreció el andaluz porque se decía que era peor español que el que se hablaba en Castilla. Una mentira. No es que los andaluces hablemos mal español, es que lo hablamos como se habla en Andalucía. A mí me gusta el acento peruano porque tengo muchos amigos íntimos peruanos en Madrid y en Perú. La lengua es algo inseparable de los vínculos humanos.
¿Qué actividades ha desarrollado la plataforma Canoa junto al Centro Cultural Inca Garcilaso?
Decidimos crear una plataforma de internacionalización de la cultura panhispánica y la bautizamos Canoa porque es la primera palabra de una lengua original, el Taíno, que entro en el idioma. Los fundadores fuimos el Inca Garcilaso, el Caro y Cuervo de Colombia, la UNAM de México y el Cervantes. Se ha unido ahora la Universidad de Buenos Aires y la OEI. Trabajamos por la cultura hispánica. Hemos abierto una vía para defender la creación de las mujeres y, por ejemplo, hemos preparado un decálogo para defender los valores democráticos en la cultura digital, una ética para controlar la inteligencia artificial y el lenguaje de las máquinas desde la dignidad humana.
¿En qué medida el Cervantes es permeable al lenguaje inclusivo? ¿Tal vez más o acaso menos que la RAE?
Yo creo que la lengua es un reflejo de la sociedad. En la medida en que las sociedades se hagan más igualitarias, el lenguaje dejará de ser machista. Como el entendimiento tiene que ver con el habla, no solo con valores teóricos del lenguaje, creo en la necesidad de ser educado y en ese sentido intento utilizar un lenguaje inclusivo. El Instituto ha publicado una “Guía para un lenguaje no sexista” (Debate, 2021). Intentamos que el lenguaje inclusivo sea tratado con naturalidad, que no sea una invención rara que ponga en peligro el patrimonio público y común que supone el valor de la lengua materna. Pero, ya digo, las palabras dejarán de ser machistas cuando consigamos una igualdad social entre hombres y mujeres.
¿Usted cree que hay un predominio del inglés en la ciencia, la técnica, la inteligencia artificial y ramas similares? Y si es así, ¿se aspira a revertirlo?
Es la gran tarea. El español es la segunda lengua en estudios científicos, pero muy alejada del inglés. Y no se trata de combatir al inglés, sino de demostrar nuestra capacidad para investigar. Me parece un disparate que nuestras universidades valoren más los trabajos de nuestros investigadores escritos en inglés. Y creo que el desarrollo social y el prestigio de nuestra comunidad pasa por recordar que hablamos la lengua de Sor Ángela de la Cruz pero también de científicos como Ramón y Cajal. Esa es una tarea importante de nuestras universidaes.
Usted también ha venido al Perú para preparar el Congreso de la Lengua Española que tendrá lugar en Arequipa en octubre del próximo año.
Hemos elegido el tema que nos parece muy interesante y apropiado para Arequipa: el mestizaje y la convivencia de lenguas maternas. El congreso lo organiza el Cervantes, junto con las Academias de la Lengua española, no solo la Real Academia Española, sino todas las otras academias y con el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú. La Cancillería ha elegido al poeta Alonso Ruiz Rosas como coordinador del Congreso en nombre del Centro Inca Garcilaso y de la Dirección de Cultura de Exteriores. Estamos visitando ahora a las instituciones peruanas y, sobre todo, a las de Arequipa para involucrar a la ciudad. Nuestra experiencia es que las repercusiones son grandes desde el punto de vista cultural, económico, turístico y también democrático, porque la lengua se presenta en los congresos como un horizonte de integración, respeto, diversidad y multiculturalidad.
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