Durante más de cinco décadas, Bartola ha iluminado con sus interpretaciones imponentes escenarios y festivales del mundo, como el Teatro Colón de Argentina y el Festival del bolero en Cuba, pero siempre vuelve al lugar donde brilló por primera vez. “A veces, cuando un artista crece mucho ya no quiere cantar en peñas, yo sí canto en peñas para encontrarme con la juventud y mis orígenes”, enfatiza la reconocida intérprete nacional.
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El próximo 2 de setiembre, Adriana Esther Dávila Cossío retornará a los escenarios presenciales a través del recital denominado “Bartola en concierto”, en el Gran Teatro Nacional, con artistas invitados como Marco Romero, su compañero en la conducción en “Una y mil voces”, y Franco Cabrera.
“Este será un concierto de agradecimiento a la vida. Con toda la fe puesta en Dios, vamos a repasar juntos canciones de los compositores que más admiro entre ellos Eloísa Angulo, Chabuca Granda, mi maestro Augusto Polo Campos, Felipe Pinglo Alva, Mercedes Sosa y Alberto Cortez, por citar algunos”, adelanta la artista.
¿Cómo ha sido el proceso de crear en tiempos de pandemia, de crisis sanitaria, de ‘streaming’?
Ha sido muy triste no poder cantar, no poder hacer eventos presenciales, ha sido duro ver a mis amigos cerrar sus peñas, sus restaurantes. Gracias a Dios yo he seguido trabajando desde mi casa en la conducción de “Una y mil voces”.
En abril de este año te contagiaste de COVID-19, ¿Cómo enfrentaste la enfermedad?
Luego de la pérdida de un primo hermano muy querido, se fueron bajando mis defensas, y cuando el 31 de marzo fallece mi papá es cuando bajo los brazos. Mucha gente que lo amó fue a despedirse de él, fue inevitable el contacto con las personas, y parece que ahí varios de mis familiares y yo adquirimos el COVID-19, pero gracias a Dios aquí estamos levantando los brazos y la cabeza. Tuve que parar un tiempo, pero ya estamos de regreso.
¿Tu papá falleció de COVID-19?
A mi papá de 92 años le falló el corazoncito, fue al encuentro de Dios después de tres días de estar delicado.
¿Y en 51 años de carrera, esta fue la primera vez que tuviste que hacer un alto a la música?
Ha sido la primera vez que tengo una etapa tan larga de no poder cantar. Hace 19 años tuve un cáncer al endometrio en una etapa que no era muy simpática: estadio 3. Me operaron, me hicieron una histerectomía, pero a los quince días de esa operación, bendito sea el Señor, volví a trabajar sin ningún contratiempo. Y aquí seguimos.
Hablemos de tus inicios musicales, ¿Cuándo dejas de ser Esther Dávila para convertirte en Bartola?
A los quince y algo más, cuando tuve una entrevista de prueba en el programa Danzas y canciones del Perú a cargo de Augusto Polo Campos. Él me hace cantar y como lo hice bien, luego me pide que cante una marinera y, finalmente, un vals. A partir de ese momento me pone Bartola y dejo de llamarme Esther Dávila ‘Estrellita del Sur’.
¿Te gustó que te llamara Bartola?
Al principio me pareció fuerte, pero con el tiempo he sabido honrar a la gran Bartola Sancho Dávila y todo el folclore que traía en su ser. Bailó para presidentes y grandes personalidades que llegaron al Perú, y los 24 de junio en la pampa de Amancaes siempre estaba presente.
¿Tras esa experiencia tu vida cambió?
El canto cambió mi vida. Cuando gané la Caravana Cultural Túpac Amaru y recibí un premio de 10 mil soles con el que pudimos comprar muebles, camas, todo lo que faltaba en mi casa, las cosas cambiaron para mi familia y para mí. Luego empecé a trabajar con Augusto Polo Campos, ganaba 150 soles en una peña y un plato de arroz con frijoles y lomito saltado. Era un montón de dinero, con eso pude darles a mis padres la tranquilidad de no tener que trabajar, y sentirme compensada con lo que me ha dado Dios y la vida, porque hijos no he tenido, pero sí la inmensa dicha de ver logrados a muchos de mis sobrinos y mis hermanos, y a mis padres tenerlos en una situación bonita.
¿Y te hubiese gustado ser mamá?
Me hubiera encantado, tengo fascinación por los niños, me muero por los niños. Dios no me los dio por algo, él es muy inteligente, es perfecto, nunca se equivoca, sabe por qué hace las cosas. A mí me dio la oportunidad de cantar y lo haré toda la vida.
¿Crees que programas como “La Voz Perú” sean ventanas importantes para mostrar nuevos valores de la música criolla?
Claro que sí, como ese chiquito Aldair Sánchez, a quien tuvimos a los doce años en el programa y hoy en día ha avanzado bastante. Deberían hacerse festivales, como los de Ancón, de Sullana, de Trujillo, porque hay un muchos jóvenes interesados en lo nuestro. Cuando el Perú llegó al Mundial de Rusia, temas como “Contigo Perú” y “Siempre contigo” sonaron como himnos en los estadios, la juventud quedó prendada, los veías llorar interpretando nuestra música. A veces cuando el artista crece mucho, dice: “Yo no canto en peñas, no voy a tal sitio”. Yo sí canto en peñas para encontrarme con la juventud y mis orígenes, y así cante cinco canciones estoy segura que servirá para despertar en nuestros jóvenes el interés por la música criolla.
¿Qué proyectos tienes para lo que resta del año?
Estoy trabajando en una producción hermosa, una propuesta maravillosa, de colección, solo va a tener cierta cantidad de ejemplares, luego se va a poner en todas las plataformas digitales. Será un disco con temas tradicionales, de compositores como Manuel Acosta Ojeda, Serafina Quinteras, Chabuca Granda, Augusto Polo Campos, Mario Cavagnaro, entre otros. Es un proyecto que me emociona, representa mucho para mí.
EL DATO:
Concierto presencial: “Bartola en concierto”
Día: 2 de setiembre.
Hora: 8 p.m.
Lugar: Gran Teatro Nacional (Av. Javier Prado Este 2225, San Borja)
Entradas: Desde S/. 32.00
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