FRANCISCO MELGAR WONG
Este sábado se cumplen 20 años del suicidio de Kurt Cobain, cantante, guitarrista y compositor de Nirvana. El grupo, que también estuvo integrado por el bajista Krist Novoselic y por el baterista (y actual cantante de Foo Fighters) Dave Grohl, cambió el rumbo de la música y la cultura pop a comienzos de los años 90.
El segundo trabajo de Nirvana, “Nevermind”, es considerado a menudo como el disco inaugural del rock estadounidense de los años 90. Pero desde otra perspectiva se le podría interpretar como el álbum donde culminan y convergen distintas vertientes del indie rock estadounidense de los años 80. Los otros dos discos en estudio de la banda, “Bleach” e “In Utero” no son considerados clásicos del rock, pero no dejan de ser valiosos y significativos por sí mismos. Aquí un breve recorrido por todos ellos.
1.- “Bleach” (1989)
El primer disco de Nirvana, como los de otras bandas independientes que emergían a finales de los años 80 en la ciudad de Seattle, posee una aproximación punk al rock clásico de los años 60 y 70. De la misma forma en que las bandas de ‘garage rock’ de los años 60 reformularon con inmediatez y urgencia la sensibilidad musical de bandas como Beatles y Kinks, Nirvana tomó ciertas fórmulas musicales de bandas de rock clásico estadounidense (Aerosmith, por ejemplo) y las reformuló a través de los canales del punk.
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Una de las canciones que marcó la diferencia dentro de este disco fue “About a Girl”, una canción que Cobain escribió imitando a los Beatles. Este tema ya señala la dirección pop (en un sentido amplio de la palabra) que la banda tomaría en su próximo disco, “Nevermind”.
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2.- “Nevermind” (1991)
El segundo disco de Nirvana tiene un sonido más pulido y preciso que el anterior, en gran medida gracias a la entrada de Dave Grohl como baterista. En esta ocasión la banda llamó como productor a Butch Vig, quien supo encontrar el sonido adecuado para las pretensiones pop de Cobain.
Aunque no se ha reconocido lo suficiente, una de las mayores influencias que la música de Nirvana tuvo en esta importante etapa de su carrera fueron los Pixies, una banda de los años 80 que ya había creado canciones con estrofas calmas y coros ruidosos y desenfrenados. Esta fórmula fue la que catapultó al éxito internacional a la banda, gracias al single “Smells Like Teen Spirit”.
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“Nevermind” también trajo algunas canciones acústicas que ya mostraban las pretensiones de Cobain por ser considerado un compositor de valía, más allá del ruido que podía hacer junto con su banda.
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3.- “In Utero” (1993)
Tras el éxito mundial que obtuvo “Nevermind”, Nirvana eligió trabajar su siguiente disco con Steve Albini, un productor asociado a los grupos más radicales y extremos de la escena alternativa de los años 80. El resultado, “In Utero”, trajo algunas de las canciones más ruidosas y agresivas de toda la historia de la banda. Resulta increíble que un disco con este nivel de tánatos, violencia y corrosión sonora haya podido llegar a ser un éxito de ventas en todo el mundo. Tiempos que no volverán.
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Para bien o para mal, el disco estaba matizado por unas pocas canciones de enorme delicadeza, entre las cuales destaca “All Apologies”, cuya versión en el Unplugged que la banda hizo debe ser una de las interpretaciones más bellas que Nirvana jamás hizo de algunos de sus temas.
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4.- “Unplugged in New York” (1994)
Uno de los discos más populares de Nirvana, “Unplugged in New York”, se convirtió en el testamento de la banda y de Cobain, luego de que este se suicidara en su casa el 5 de abril de 1994. El disco es en parte una muestra de los poderes compositivos de Cobain y un homenaje a sus héroes de la música, con versiones de canciones de The Vaselines, Leadbelly, Meat Puppets y David Bowie, de este último interpretó “The Man Who Sold the World”
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Quizás el aniversario de la muerte de Cobain pueda tomarse como una invitación a volver a estas canciones y descubrir el valor del espíritu que las animaba. Todavía se puede aprender algo de ellas.