La madrugada del jueves marcó un antes y un después en la industria musical y tecnológica, una bifurcación en el camino de dos gigantes: TikTok, la plataforma de redes sociales que revolucionó la forma en que consumimos contenido audiovisual, y Universal Music Group, la colosal compañía discográfica que alberga a estrellas como Taylor Swift, Drake, y Ariana Grande. La música, ese hilo invisible que conecta emociones y genera tendencias, se ha convertido en el campo de batalla de una disputa que promete reconfigurar el panorama actual.
El conflicto estalló cuando, tras el fracaso de las negociaciones de licencia que caducaba este 31 de enero de 2024, TikTok se vio forzado a eliminar de su biblioteca las grabaciones de artistas representados por Universal. Este movimiento, lejos de ser un mero ajuste técnico, ha silenciado literalmente a una porción significativa de contenido en la plataforma, dejando un vacío que resuena tanto en los creadores de contenido como en los millones de usuarios que diariamente se sumergen y que ahora solo pueden ver los mensajes: “Sonido eliminado debido a restricciones de derechos de autor” o “Este sonido no está disponible”.
La controversia tiene sus raíces en una carta abierta publicada por Universal, acusando a TikTok de remuneraciones insuficientes y de permitir una invasión de grabaciones generadas por inteligencia artificial (IA), mermando así las regalías destinadas a los artistas “reales”. La respuesta de TikTok no se hizo esperar, acusando a su vez a Universal de anteponer la codicia a los intereses de artistas y compositores, y de desentenderse del apoyo que la plataforma ofrece como medio de promoción.
Este choque de titanes no es un evento aislado en la industria. Precedentes como el enfrentamiento entre Warner Music y YouTube en 2008 nos recuerdan que las tensiones entre plataformas digitales y compañías discográficas son recurrentes, aunque la decisión de Universal de retirar su catálogo de TikTok marca un hito por la magnitud del impacto y las figuras involucradas.
Artistas fuera de Tik Tok
En el corazón de esta disputa se encuentran los artistas, cuyas obras ya no serán la banda sonora de innumerables videos en la plataforma. La posición de los artistas frente a este conflicto es compleja y diversa. Por un lado, hay quienes podrían ver con buenos ojos la defensa de sus derechos. Por otro lado, están aquellos cuya visibilidad y conexión con el público joven depende en gran medida de su presencia en plataformas digitales como TikTok, donde una sola canción puede catapultar a un artista al estrellato global de la noche a la mañana.
Entre los artistas afectados por estas medidas se encuentran Taylor Swift, Harry Styles, Sting, The Weeknd, Alicia Keys, Romeo Santos, The Killers, Kali Uchis, SZA, Drake, Billie Eilish, Kendrick Lamar, Ariana Grande, Justin Bieber, Adele, U2, Elton John, J Balvin, Shawn Mendes, Coldplay, Yahritza, Pearl Jam, Bob Dylan, Post Malone, Mariah Carey, Maroon 5, Mon Laferte, Red Hot Chili Peppers, ABBA, Alejandro Sanz, Demi Lovato, Eminem, Florence and the Machine, Gloria Estefan, Imagine Dragons, Natalia Lafourcade, Nicki Minaj, Daddy Yankee, Aitana, entre otros más. Además, a esta liste se incluyen artistas como John Lennon, Juan Gabriel, Elvis Presley y Prince, cuyas obras póstumas representa Universal.
Este escenario sitúa a los artistas como los principales afectados en este debacle mediático que aún se encuentra en constante cambio, pues si bien para los artistas de renombre estas medidas parecen no afectarles de manera significativa, los pequeños artistas emergentes ven en peligro un medio por el cual pueden darse a conocer.
¿Quién tiene razón?
Universal argumenta que TikTok, a pesar de ser una vitrina global para la música, ofrece pagos que no se corresponden con el valor real de las obras, representando solo una fracción de lo que plataformas como Spotify pueden ofrecer. Este desequilibrio financiero, acentuado por la proliferación de contenido generado por inteligencia artificial (IA), plantea un desafío no solo para Universal, sino para toda la industria musical, que observa cómo se diluyen las fronteras entre la creación humana y la artificial, y cómo se redefine el valor de la música en la era digital.
La estrategia de TikTok, por otro lado, parece centrarse en la defensa de su modelo de negocio, enfatizando el valor promocional que ofrece a los artistas y desafiando la narrativa propuesta por Universal. La plataforma sostiene que su enfoque “artistas primero” ha sido exitoso con otras discográficas y que las acusaciones de Universal no solo son infundadas, sino que perjudican a los propios artistas y compositores que la compañía dice defender.
La pregunta que surge entonces es: ¿Quién pierde más en esta guerra? ¿Los artistas de Universal, cuyas obras ya no resonarán en uno de los escenarios digitales más vibrantes del momento, o TikTok, que ve cómo su rica biblioteca musical se empobrece, posiblemente afectando su atractivo y relevancia entre los usuarios?
Más allá de las cifras y los comunicados, este enfrentamiento supone perdidas significativas para ambas compañías las cuales no podrán beneficiarse de los acuerdos anteriores a esta pelea que abre el debate sobre el futuro de la música en las plataformas digitales. Finalmente, la medida que ya se encuentra en vigencia, afecta de manera directa la forma en que los usuarios accedían y creaban contenido en Tik Tok, teniendo que adaptarse estas nuevas medidas de la plataforma.
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