Veronik conoció el theremin a raíz del disco “Pet Sounds” de los Beach Boys. Enseguida le fascinó ese sintetizador con forma de caja alargada que emite sonidos “espaciales”, dependiendo de cuán cerca a su antena se muevan las manos. Le gustó tanto que en el 2008 se compró un Etherwave Standard de la marca Moog (que todavía conserva) y empezó a practicar con él.
Desde entonces, se ha dedicado a cultivar su trabajo con este instrumento hasta alcanzar un nivel que le ha permitido dar clases y ser considerada una referente en su uso. “Tengo tantos años practicando con el theremin que ya era hora de dedicarle un disco”, dice Veronik, quien el lunes lanzará “Anómala”, su segundo álbum solista, solo en plataformas on line.
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DEL GRUNGE AL POPVéronique Ginette Miró Quesada Meguerditchian, más conocida como Veronik, atrajo la atención de la prensa en el 2002 por ser la vocalista y compositora del cuarteto grunge Valium y en el 2011 por liderar Veronik y los Gatos Eléctricos. Pero el theremin, que según ella “se toca sin ser tocado”, siguió presente en su vida. “A finales del 2014 me invitaron a la segunda edición del Festival Internacional de Theremin en Chile para la cual tuve que crearme un repertorio”, recuerda. “Compuse varias canciones y fue allí que nació el disco”, agrega la cantante.Un poco más de dos años después de esas presentaciones fueron necesarios para que el álbum tuviera forma. “La mayoría de temas han sido concebidos como canciones sin letra”, dice Veronik sobre “Anómala”, producción en la que, alejándose del objetivo de la artista, el sintetizador se mezcla con el resto de instrumentos y no siempre alcanza el protagonismo.
Las armonías de sus dos primeras canciones revelan cierto lamento. “Crisálida” inicia con una voz que parece sufrir al sentirse desplazada mientras es acompañada por la profundidad sonora de los acordes de un teclado que sostiene su tristeza. En “Cerré los ojos”, canción que le sigue, el theremin se hace evidente aunque rápidamente se confunde con la instrumentación de fondo que continúa con la sensación melancólica del 'track' anterior. Sorprende el quinto tema, que comparte nombre con el disco, al ser una composición que tiende a lo experimental, tal vez un guiño a Pink Floyd. Sin embargo, Veronik corta de cuajo esa tendencia con “Adiós laberinto”, canción más conservadora y caracterizada por la presencia de un ukelele. Después de menos de veinte minutos, el disco llega a “Primavera”, tema colocado al final para contraponerse con las enérgicas melodías que reinaron el álbum y lograr que el disco se despida con suavidad.
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Día de lanzamiento: lunes 16. Dónde: cuentas oficiales de Veronik en iTunes, Spotify, Deezer, Claro Música y otras plataformas digitales.