La muerte de Vicente Fernández es un duro golpe para la música regional mexicana. El cantante dejó de existir este domingo 12 de diciembre a los 81 años, luego de algunos meses desde que sufrió una caída en su rancho que le quitó la movilidad en los brazos y piernas. Ante esta pérdida, repasamos una de las historias más trágicas en la vida de este artista: cuando su hijo mayor fue secuestrado.
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Era el año 1998 cuando Vicente Fernández Jr. desapareció, tras lo cual la familia recibió un mensaje de los secuestradores, una banda conocida como los ‘mocha dedos’ debido a su modus operandi: mutilar a sus víctimas para presionar a los familiares a dar dinero.
Vicente Fernández Jr. estuvo privado de su libertad por 121 días, durante los cuales su padre no solicitó ayuda a las autoridades por temor de su hijo fuese víctima de los malhechores. Tanto él como su otro hijo, Alejandro Fernández, el también cantante; tuvieron que hacer como si nada estuviera ocurriendo, incluso prosiguieron con sus conciertos. Pero en la intimidad familiar, el dolor era presente. Univisión recopiló testimonios de trabajadores del rancho del cantante, “Los tres potrillos”, que señalan que el músico se iba a las caballerizas a “llorar de desesperación”. Este cuadro trae a la mente las letras de uno de sus temas, “Acá entre nos”:
“No cabe duda de que también de dolor se canta cuando llorar no se puede”.
El hijo secuestrado de Vicente Fernández regresó a casa, pero antes de ello pasó por una experiencia traumática. Los secuestradores, que como mencionamos al inicio se hacían llamar los ‘mocha dedos’, contrataron a un cirujano para que le removiera dos dedos de la mano izquierda, los cuales fueron remitidos a su familia. Tras ello, Vicente Fernández padre pagó US$ 3,2 millones como rescate.
En 2008 la familia pudo tener un cierre parcial con esta historia, cuando algunos de los secuestradores fueron arrestados, procesados y condenados a 50 años de prisión. Pero todavía hay sombras sobre este caso las cuales han intentado ser iluminadas por la escritora argentina Olga Wornat en una biografía no autorizada de Vicente Fernández llamada “El último rey”, donde insinúa un vínculo entre los secuestradores y Gerardo Fernández otro hijo de Vicente Fernández.
“Curiosamente hasta el día de hoy Vicente júnior sigue sospechando que su hermano Gerardo tuvo algo que ver con su secuestro. Es terrible esto. Se supone que por el dinero y por maldad. Por eso yo lo considero a Gerardo un psicópata, por todo lo que me comentó la familia. Una persona sin empatía, capaz de las peores cosas. Me costó mucho reconstruir el secuestro, es la primera vez que se cuenta con tanto detalle, porque hay secuestradores presos y todavía hay miedo. A Vicente júnior le cortaron dos dedos, vive todavía con estrés postraumático”, indicó Wornut en entrevista con el diario español El País.
Sobre esto último Vicente Fernández Jr. brindó declaraciones a la revista TV y Novelas: “Yo nunca hablé con esta periodista; sí, me buscó, pero no la atendí. Todo lo que dice su libro ahora lo tendrá que probar; no tengo más comentarios”.
Vicente Fernández murió y se llevó a la tumba varias informaciones que podrían ofrecer luces a este caso que marcó para siempre a su familia y que, además, otorgó un velo adicional de misterio a su ya complicada vida, marcada públicamente por una cultura de macho dominante que lo ha llevado incluso a situaciones donde cometió tocamientos indebidos, por los cuales pidió disculpas.
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