Si hay algo que le falta a la música urbana es aumentar la presencia femenina entre sus artistas. Los referentes siempre han sido escasos y de éxito efímero.
En la mayoría de casos se trató de artistas con canciones sobre el desamor. Las panameñas de La Factoría son un buen ejemplo. Con su hit “Todavía” (2002) se hicieron populares, pero no supieron sostener el éxito con el resto de sus temas. Más adelante trataron de revivir su carrera, pero ni siquiera “Perdóname” (2006), su colaboración con Eddy Lover, las pudo volver a poner en la palestra. La fórmula usada servía, pero pronto se les agotó.
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Existió, sin embargo, una intérprete que logró trascender la década y que es respetada por todos. Ivy Queen, autodenominada como la 'Caballota', empezó a cantar a finales de los 90 con un discurso que combinó letras que retrataban los problemas del barrio y la libertad femenina. ‘La Reina’, como también se le conoció, no tenía temores en decir que quería comerse el mundo. Sus canciones “Como mujer” o “Pongan atención” hablan por sí solas.
La rudeza y el empoderamiento también se hicieron presentes en sus letras más sexuales. “Quiero bailar” sigue siendo un himno, una forma en la que ella declaró la independencia de su cuerpo en medio de un género machista. “Yo quiero bailar. Tú quieres sudar y pegarte a mí, el cuerpo rozar. Yo te digo sí, tú me puedes provocar, eso no quiere decir que pa' la cama voy”, cantaba. Los ritmos urbanos, sin embargo, no estaban listos para escuchar sus palabras y pronto fue relegada.
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LA ACTUALIDADEs innegable que en los últimos años, los ritmos urbanos (que desde hace rato son una mezcla de reguetón, bachata, salsa y otras cremas) están más abiertos a discursos feministas, gran aporte de las corrientes ideológicas que han cambiado la forma de pensar de los productores. Antes, vale recordar, estos solo apostaban por cantantes hombres: Karol G dijo alguna vez que la rechazaron de una disquera porque “nadie quería ver a una mujer cantando reguetón”.
Ahora hay más mujeres que se dedican al género y que están marcando la hora. Karol G, Natti Natasha, Becky G, Farina (incluso Thalía y Rosalía se han sumado) son las más conocidas. Su discurso, eso sí, es bastante diferente al de Ivy Queen, por lo menos en la forma. Ellas ya no dicen que quieren llevar los pantalones en sus relaciones: su forma de reivindicación pasa por decidir qué hacer con sus cuerpos. Ellas hacen lo que quieren, no tienen reparos en decir las cosas como las piensan (lo que incluye el uso de drogas y de prácticas sexuales que podrían escandalizar a muchos) y no necesitan a nadie para pasarla bien.
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El Perú no es ajeno a esta tendencia. En febrero de este año, Anna Carina presentó su edulcorada “Callao” en la que canta la historia de una pasión que llega a buen puerto. Allí, Carina canta: “Tenemos ganas y se nos nota exageradamente de darnos besos en la boca. Con mil son suficientes”.
En marzo, Leslie Shaw lanzó la cándida “Faldita”, en la que se ufana de su cuerpo esbelto. “Soy como soy, no tengo que darte explicación. No tengo la culpa que me apriete el pantalón. Ahí voy. Estoy en modo sexy hoy. Mira mis historias para que tú veas mi falda cortita, solita. No toques. Solo mira y no toques”, entona.
Y recientemente, se ha sumado a la escena Danova, grupo femenino cuyo nombre es un juego de las palabras entre dama y nova (que resulta en 'mujer nueva'), que acaba de presentar el video de su tema “Baila, nena”. Allí cantan: “No piensa en amor. Solo quiere diversión. Ahora de ninguno se enamora. Quiere bailar sola”. Esperemos que más propuestas como estas se sumen a la tendencia.
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