Eran las 9:30 de la noche y la gente no podía esperar más. Después de dos horas de una exitosa antesala a cargo de las agrupaciones peruanas Tourista y We The Lion, los casi tres mil seguidores de Zoé reunidos en los Domos de la Costa Verde gritaban el nombre de la banda mexicana cada vez con mayor fuerza.
Una vez en el escenario, los gritos no paraban y eran “Venus” y “Azul”, temas de “Aztlán”, el nuevo nuevo disco de la banda, los que abrían el camino de una noche de rock y psicodelia.
“Sé que a veces es difícil conectarse con temas nuevos pero ya van a tener toda la crema que quieren”, le decía León a un público que luego comenzó a delirar al ritmo de “Últimos días”, “10 A.M.”, “Nada” y “Arrullo de estrellas”.
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“¡Canta ”Poli“!” gritaban algunos. ¡Falta “Luna”!, reclamaban otros. Y León, con la bandera peruana amarrada a su micrófono cantó casi todo.
“Vía Láctea”, “Labios rotos” y “Hielo”, fueron los siguientes éxitos de Zoé en sonar y la gente no dejaba de corear un solo tema mientras se perdía en un viaje psicodélico cargado de letras sobre amor y desamor.
“Gracias por estar acá. Esta es la segunda vez que nos presentamos en Lima con show propio. Recuerdo que hace mucho tiempo, creo que en 2009, cantamos frente a doscientas personas y mírennos ahora”, recordaba el vocalista de Zoé, sobre los inicios de la banda.
Tras una pausa de diez minutos y el grito ensordecedor que pedía la vuelta de los mexicanos, Zoé vuelve para interpretar “Soñé” y “Reptilectric”.
“Dejemos de mirar hacia fuera y miremos hacia adentro, a lo que somos”, decía León como parte de un pequeño discurso sobre la identidad latinomericana, un tema del que también habla Aztlán, el más reciente álbum de la banda después de “Prográmaton” de 2013.
“Luna” y “Love” cerrarían el show de Zoé en Lima. “¡Gracias Perú!, gritaron los de la tierra de Aztlan con la promesa de volver.