ENRIQUE PLANAS
Que una vecina toque la puerta para pedir una tacita de azúcar no llama la atención de nadie. Pero en “Bésame mucho”, comedia escrita y dirigida por Ernesto Barraza Eléspuru, el dulce pedido puede llevar a una serie de situaciones cómicas (y amargas luego) que grafican bien cuán frágiles pueden ser las relaciones de pareja.
En la obra, el matrimonio libre de insomnios de Fernando y Patricia entra en crisis cuando sus nuevos vecinos ocupan el departamento de al lado: Pablo, el chef top y su novia Lucía, la ex modelo. Lo previsible es que la pareja recién llegada de Londres altere sus vidas y los haga albergar ilusiones antes no imaginadas. Lo sorprendente será cómo, después del desarreglo, puedan reencauzar sus rutinas. Ganadora del Festival de Nueva Dramaturgia Peruana Sala de Parto, “Bésame mucho” reflexiona con humor sobre la institución matrimonial en un contexto de bonanza económica y crisis de identidad. Barraza describe bien los modelos que proyectan nuestra ilusión de éxito: un chef y una modelo representan esa obsesión por la juventud, el éxito y la frivolidad hoy tan en boga. “En eso he sido muy consciente mientras escribía esta obra –reflexiona el dramaturgo–. Es algo que está pasando: vivimos seducidos por una idea de éxito que no tiene que ver con conseguir aquello que puede hacernos realmente felices, sino entendido como la presencia en portadas de revista, el convertirte en el centro de la atención. Si eso es el éxito, entonces es una palabra peligrosa”.
Para Barraza, actualmente es tal la necesidad de éxito de los limeños de su generación (jóvenes que entran en la treintena) que han pasado por alto pensar en todas aquellas cosas pequeñas y simples. “Hay una especie de competencia que nos atormenta. No nos damos el tiempo para detenernos a pensar qué necesitamos realmente para ser felices. Es una vorágine. Creo que esta aparente bonanza económica en la que vivimos hay que verla con calma. Hay muchas cosas que se están dando sin pensar”, alerta el escritor. PAREJAS CRUZADAS¿Son la pasión y la rutina, elementos aparentemente contradictorios, los ingredientes de un matrimonio estable? “Creo que la relación de pareja incluye la decisión de amar a tu pareja, de vivir con ella y de no serle infiel a pesar de las tentaciones. Y eso es un constante decidir”, explica el autor de obras como “Break” o “Botella borracha”. Y si de decisiones se trata, es evidente que en su obra son los personajes femeninos quienes tienen la última palabra. Son ellas las que generan las crisis, pero también las que saben cómo resolverlas. “Para un hombre, la mujer siempre será un misterio. Como escritor, es más difícil e interesante crear personajes femeninos, te preocupas más por ellos. ¡No cabe duda de que las mujeres son las que deciden en las relaciones! Y como comedia, siempre es más divertido ver cómo las mujeres pueden volver locos a los hombres”, dice el autor. GASTRONOMÍA SIMBÓLICAEs curioso cómo la obsesión gastronómica que define el imaginario del limeño actual empieza ya a verse reflejado en nuestro teatro. Lo hemos visto en “Cómo crecen los árboles”, de Eduardo Adrianzén, y lo apreciamos ahora, en clave de comedia, en la obra de Barraza. En ambas obras, la gastronomía se advierte como un instrumento para construir nuestra precaria identidad. “Lo he comentado con Eduardo. Me parece una coincidencia muy interesante. Es evidente que hay una conexión. Son obras escritas en el mismo contexto y tiempo”, afirma el autor.
FICHA TÉCNICADramaturgia y dirección: Ernesto Barraza Eléspuru.Actores: Alexandra Graña, Diego Lombardi, Anneliese Fiedler y Daniel Neuman. Dónde: Centro Cultural El Olivar, calle La República 455, San Isidro.Temporada: De jueves a domingo, 8 p.m. Hasta el 3 de agosto. Entradas: 40 y 20 soles. Teleticket y boletería.