“Nosotros tenemos una relación con el mercado de La Parada porque somos hijos de migrantes. Nuestros padres y abuelos han comprado cosas allí variedad de productos”. Ricardo Delgado habla por el colectivo Angeldemonio. Con 19 años de trayectoria, la agrupación vuelve a presentar una de sus obras más importantes: “Curandero: limpia escénica”, que después de pasearse por festivales nacionales y de otros países se monta desde mañana en el Icpna de Lima.
“Es un espacio que congrega a toda la gente de provincia, productos de todas partes del Perú, convirtiéndolo en un lugar mestizo. Allí no solo hay frutas, verduras, sino también comidas, tradiciones y música”. Delgado recuerda que para desarrollar “Curandero” no solo bastaron las experiencias de cada miembro del grupo, sino que fue necesaria una investigación in situ en la que presenciaron el despertar y dormir del lugar.
“Íbamos a las tres de la mañana, cuando los camiones empiezan a llegar. Hacíamos grabaciones de sonidos, de las voces, de los mototaxis, carretillas y estibadores; guardábamos los olores, sabores y colores. Cuando hemos montado ‘Curandero’, nos dimos cuenta de que los jóvenes ven más allá de La Parada; los elementos que usamos les remiten a ciertas tradiciones y rituales familiares. La pasada de huevo, la limpia de florecimiento, la sábila y otros recursos como la música chicha, los danzantes de tijeras. La Parada dispara sus recuerdos”.
HERENCIA QUE RESISTE
El protagonista de la historia –que se estrenó en el 2017 en “Agárrate, Catalina”– se llama Calato. Su historia es la de muchos migrantes que, por diversos motivos –en la historia no se especifica alguno–, llega a la capital y no encuentra trabajo; la solución para subsistir es convertirse en estibador del gran mercado. La violenta ciudad y sentirse denigrado lo irá transformando en un animal, en un perro peruano. Sin embargo, él se resiste. No está dispuesto a dejar de lado su herencia, su arte, la del danzante de tijera, y por eso, decide hacerse una limpia.
“Él se siente una bestia de carga, que por pocos soles tiene que cargar casi una tonelada, y allí se da su transformación. Nosotros descubrimos que muchos de los estibadores son artistas. Hemos encontrado danzantes, músicos. De hecho, muchos de ellos tienen dos trabajos: en la noche se van a cantar y tocar”.
Por eso, quizás para sobrevivir, a Calato se le ve disponiendo una mesa para la limpia. “Él tiene una decepción amorosa. Por eso, él busca en la curaduría urbana limpiar lo que siente, ese pesar, el dolor del amor, la nostalgia por su tierra. Hay que tener en cuenta que al ser un danzante de tijeras tiene otra conexión con el ritual. Él quiere expulsar esos demonios que no lo dejan ser, que no lo dejan existir ni encontrarse, en una ciudad tan violenta como Lima, en un lugar donde no es reconocido”.
DATO
La obra se presentará en el penal de Lurigancho el 26 de noviembre.
MÁS INFORMACIÓN
Lugar: Icpna. Dirección: Jr. Cusco 446, Centro de Lima. Día y hora: mañana y los sábados 9 y 16 de noviembre, 4:30 p.m. Ingreso: libre.