Durante la pandemia de Covid-19, quienes perdieron a sus seres queridos, familiares o amigos, no pudieron despedirse de ellos y tuvieron que aceptar la muerte desde la soledad, sin poder abrazar a nadie, privados del duelo y de los rituales que ayudan a aceptar la pérdida. En “Yerbateros”, obra creada por Angeldemonio Colectivo Escénico –como parte de las celebraciones por su vigésimo aniversario– y dirigida por el dramaturgo Miguel Rubio Zapata, se abordan estos temas como una manera de encontrarnos con nuestra propia resiliencia y empezar a sanar. Es una apuesta por la reconstrucción de la sociedad o por la reparación emocional desde los escenarios itinerantes donde se presentará.
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A través de las tradiciones, de la música, de la danza y de las memorias personales, “Yerbateros” abre en la escena un espacio de diálogo con los invitados para conectar con aquello que más ha costado sobrellevar durante el periodo de “la peste”. Porque, como menciona Rubio Zapata, “el teatro reaparece, pero teniendo algo que decir, reencontrándose con su público de manera empática”.
- ¿Qué significa reencontrarse con el público desde la empatía?
“Yerbateros” es una obra creada para este momento. Se inició en la virtualidad, pero fue preparada para un reencuentro presencial con el público, no desde el espectáculo, sino desde un ritual cercano y colectivo, desde la empatía. “Yerbateros” es una reunión empática con el espectador, que no pasa de largo lo que hemos vivido, que escala en la solidaridad, en el compartir. Cuando decimos empatía, nos referimos a compartir. El tema mismo de la obra es una evocación de la ausencia, de los ritos imposibles de despedir a los que se van, a los que se mueren.
El colectivo se inspira mucho en danzas, en fiestas tradicionales, todas tienen que ver con la celebración de la vida, la cosecha, la siembra. Ese es el marco en el que se instala la propuesta.
- Y tiene que ver con el duelo.
Exactamente. Tiene que ver con el duelo, con el personaje que se evoca, que está ausente y, a través de ese personaje, se evoca también la ausencia de su despedida. En la obra se hace un ritual de despedida porque la pérdida ha ocasionado mucho sentir. El más doloroso: el tema del cuerpo que no está, el cuerpo que no hemos visto.
- Podemos decir, en resumen, que “Yerbateros” es una obra sobre el ritual de la despedida.
Se instala en esos rituales que tenemos que empezar a hacer, a recuperar, porque creo que ellos son parte orgánica de nuestra vida, sin rituales no podemos vivir. Es también recuperar esa posibilidad de la despedida, del abrazo comunitario.
- Y la posibilidad de sanar también, de permitirnos vivir y superar un duelo.
Exacto. Lo que yo valoro mucho del colectivo Angeldemonio es que le toma la palabra a este momento, le mide la temperatura. Propone una obra de teatro actual que toma en cuenta lo que estamos viviendo, es una obra hecha en medio de la pandemia. Me parece fundamental que “Yerbateros” se haya creado en este contexto y para este contexto.
- La pandemia ha dejado en la memoria colectiva una marca que señala un antes y un después. ¿Qué rol cumple el teatro como medio para superar esta huella, este dolor?
La ficción es uno de los instrumentos esenciales para tejer la realidad en tiempos de pandemia y en el teatro puedes jugar con ambas: ficción y realidad. El teatro es una disciplina que está al alcance de todos y creo que debe ser una práctica arraigada en la sociedad, en la comunidad, en la escuela porque permite conectarnos con la imaginación y con la posibilidad de crear otros mundos y sobrellevar este dolor. Es un derecho que tenemos todos y todas.
Y en eso estamos. Por eso, “Yerbateros” no ha sido pensada para salas de teatro o para los circuitos formales, ha sido concebida como una obra teatral itinerante, que se presentará en San Juan de Lurigancho, en Villa El Salvador. El colectivo ha pensado que su circuito natural deberían ser los comedores populares, las escuelas, las losas deportivas.
- ¿Por qué “Yerbateros”?
Porque el actor Ricardo Delgado, protagonista de la obra, ha vivido en Yerbateros, ha crecido ahí, como el personaje que interpreta. También porque esa es la zona donde se toma la movilidad para viajar a Junín. Este grupo, el colectivo Angeldemonio, trabaja justamente en esa frontera, entre esa Lima urbano-marginal que migra, que viene a la capital, que son hijos de migrantes y que se nutre de las realidades y de las culturas, sobre todo del Valle del Mantaro. Yerbateros es como el paradero para salir y para llegar hacia el centro.
- ¿Por qué son tan importantes las presentaciones presenciales?
Nosotros entendemos el teatro como un proceso que se inicia y empieza a crecer a partir del estreno, especialmente cuando se trata de una obra como esta, de creación, que se está escribiendo en el espacio permanentemente. El teatro existe porque es un hecho vivo donde espectadores y actores se reúnen en un espacio para hacer un acontecimiento efímero. El teatro existe porque es una relación espacio-temporal de algo que sucede entre la escena y el público y que no podría darse de otra forma, solo presencialmente. La pregunta que surge ahora es ¿cómo son esas nuevas relaciones entre actores y espectadores mientras seguimos con la peste y tenemos que seguir cuidándonos? Es una pregunta que empezaremos a responder en las funciones.
Presentar esta obra es también una manera de reaccionar desde la escena, algo que hemos esperado hace mucho tiempo, porque hemos estado más de 15 meses paralizados. Por otro lado, el hecho de presentar la obra lejos de los circuitos establecidos tiene que ver con el concepto de lo que hemos aprendido durante la pandemia: el cuidado. Todo pasa a ser más íntimo, para pocos espectadores. Esperemos que poco a poco se vaya ampliando la capacidad.
El dato
Las primeras tres funciones se realizaron en San Juan de Miraflores, San Juan de Lurigancho y en Villa el Salvador. Las siguientes se realizarán el 22 y 23 de julio a las 7:00 p.m. en Av. Cipriano Dulanto 949, Pueblo Libre. Las entradas se pueden separar en www.colectivoangeldemonio.com. El aforo es limitado, por lo que solo se aceptarán y confirmará por mail las primeras inscripciones. La entrada es libre y la salida consciente.
Ficha artística
En escena: Ricardo Delgado Ayala
Dirección: Miguel Rubio Zapata
Dirección técnica y Diseño de iluminación: Igor Moreno
Artista sonoro: Abel Castro
Asistencia de dirección: Augusto Montero
Producción artística: Angeldemonio Colectivo Escénico
Asistencia de producción: Miriam Sernaque
Fotografía: Mafer Ortiz
Producción: Laura Ortiz
Producción general: Angeldemonio Colectivo Escénico
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