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Mario Vargas Llosa presentó ante la prensa internacional un adelanto de “Los cuentos de la peste”, obra que marca su debut formal como actor teatral.
La pieza, escrita por el propio Mario Vargas Llosa, se exhibirá en el Teatro Español de Madrid desde el 28 de enero hasta el 1 de marzo.
No es la primera vez que el escritor pisa un escenario. Lo hizo otras tres veces en España. Pero siempre participaba como un relator que leía parte de la historia. En “Los cuentos de la peste”, inspirada en los relatos del “Decamerón” de Giovanni Boccaccio, Vargas Llosa es uno más de los actores del elenco.
“Siento nervios, muchos nervios, terror, pánico, miedo... Me pregunto cada día si no ha sido una locura meterme en esto”, sostuvo el actor en conferencia de prensa.
Mario Vargas Llosa tampoco es el primer ganador del Nobel de Literatura que prueba suerte como actor. Los dramaturgos italiano Dario Fo y británico Harold Pinter lo hicieron en el pasado. Pero admite que sí está interesado en leer la opinión de la crítica sobre su papel y conocer la reacción del público.
“Espero la reacción de la crítica, pero no es esencial”, explicó. “Toda mi preocupación tiene que ver no solo con recordar (el texto), sino al mismo tiempo recordar las instrucciones del director, no desentonar con el trabajo de mis compañeros en el escenario y la enorme inquietud de no defraudar a los espectadores”.
El humor, el amor y las relaciones entre las clases sociales son las claves de esta pieza que recoge la esencia del espíritu del “Decamerón”: la lujuria y la sensualidad exacerbadas por la sensación de crisis, de abismo abierto, de fin del mundo.
Vargas Llosa se traslada a la Florencia de 1348 y da vida al Duque Ugolino, quien se encierra con otros personajes en una villa a las afueras de la ciudad italiana. La peste bubónica está diezmando la población. Los personajes intentan salvar la vida mientras se cuentan historias unos a otros.
Ugolino inventa una mujer ideal de la que se enamora durante la representación. Ella es Aminta, condesa de la Santa Croce, interpretada por la actriz española Aitana Sánchez-Gijón. Musa teatral del escritor, Sánchez-Gijón ha compartido escenario con Vargas Llosa en todas sus aventuras teatrales.
“Ha sido una gran suerte para mí poder trabajar con una persona que no solo es una magnífica actriz, pero además buena compañera, muy generosa con mis deficiencias de actor”, señaló de Sánchez-Gijón. “Ella me ha arropado, ayudado mucho y me hace sentir menos inseguro”.
Una de las particularidades de la producción es que el escenario está en el centro de la sala, como si fuera el ruedo de una plaza de toros o un circo. El público rodea por completo a los actores, con la intención de integrarlos en el espectáculo.
Para Mario Vargas Llosa, la interpretación es solo un reto más. Y no lo cambia por su oficio de escritor.
“La libertad que tiene un escritor que escribe es infinitamente más grande que la que tiene un actor actuando o representando un papel. La libertad de un actor no desparece pero está muy confinada”, dijo. “Son experiencias más distintas que parecidas”, indicó. (EFE)