- Bután tiene una población de tan solo 800 mil habitantes
- Sus políticas se concentran en la conservación cultural
¿Se imaginan vivir en una ciudad donde no haya semáforos? Aunque esto podría parecer un caos total en la mayoría de los lugares, Bután demuestra que es posible mantener el orden sin estos elementos cotidianos. Este pequeño país, situado en el sur de Asia en la región del Himalaya oriental, entre India y China, ha logrado mantenerse sorprendentemente aislado de las influencias globales, preservando su entorno natural y cultural.
Es famoso por su impresionante paisaje montañoso y sus monasterios budistas, que reflejan la rica herencia cultural del país. La capital, Thimphu, y el resto del país han adoptado una política de turismo controlado para proteger su medio ambiente y su herencia cultural.
A pesar de su pequeño tamaño, con una población de apenas 800.000 habitantes, ha logrado mantener una identidad única en un mundo cada vez más globalizado.
EL MOTIVO DE LA AUSENCIA DE SEMÁFOROS EN BUTÁN
Bután es conocido por su singularidad en muchos aspectos, y uno de ellos es la ausencia de semáforos en sus calles. Según el Ministerio de Asuntos Exteriores del país, la razón principal detrás de esto radica en la filosofía y el estilo de vida únicos de Bután, que se alinean con su enfoque en la simplicidad y la preservación de la cultura.
En lugar de semáforos, Bután valora la preservación de su entorno y su forma de vida tradicional. El país busca mantener un ambiente tranquilo y ordenado que refleje su estilo de vida sereno, reduciendo la congestión y promoviendo una sensación de calma en las ciudades.
En lugar de usar semáforos, Bután utiliza agentes de tránsito en las intersecciones principales para regular el tráfico de manera eficiente, permitiendo un control más personalizado y manteniendo una presencia humana en las calles.
Además, Bután es un país relativamente pequeño con una población que vive en áreas urbanas compactas, lo que disminuye la necesidad de semáforos debido al volumen manejable de tráfico.
La filosofía del país, centrada en la Felicidad Nacional Bruta, enfatiza la simplicidad y la sostenibilidad, haciendo que el uso de semáforos sea visto como un elemento innecesario que no encaja con el enfoque de Bután en mantener la tranquilidad y simplicidad en la vida cotidiana.
LA LLEGADA DEL INTERNET A BUTÁN
Y la ausencia de semáforos no es la única peculiaridad del país. El acceso a Internet en Bután comenzó a expandirse en la década de 1990. El país obtuvo su conexión a Internet a través de un satélite en 1999, cuando la empresa de telecomunicaciones estatal, Bhutan Telecom, introdujo el servicio en el país. Esta fecha marcó el inicio del acceso a Internet para la población butanesa.
Desde entonces, Bután ha avanzado en la infraestructura de telecomunicaciones, con el objetivo de mejorar el acceso a Internet en todo el país. Sin embargo, el acceso ha sido limitado en comparación con otros países, especialmente en áreas rurales y remotas.
¿CUÁNDO LLEGARON LOS TELEVISORES A BUTÁN?
Los televisores llegaron a Bután en 1999. Ese año, el país levantó la prohibición sobre la televisión, convirtiéndose en uno de los últimos países en el mundo en adoptar este medio de comunicación.
La introducción de la televisión en Bután coincidió con la celebración del 25º aniversario del rey Jigme Singye Wangchuck en el trono. Además, en ese mismo año, Bután también introdujo el acceso a Internet.
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