En una revelación que destaca el frágil balance de la atmósfera de nuestro planeta, científicos de China, Alemania y Estados Unidos han descubierto un inesperado vínculo entre los grandes incendios forestales y la química de la capa de ozona. Este estudio, publicado en Science Advances, revela cómo los incendios forestales, como los catastróficos ocurridos en Australia en 2019-2020, impactan en la estratósfera en formas nunca antes vistas.
La capa de ozono es un escudo protector alrededor de la Tierra que protege a la vida del impacto de los rayos ultravioletas. Desde el Protocolo de Montreal, adoptado en 1987, se ha trabajado por su recuperación, prohibiendo numerosas sustancias dañinas. En la última década, demostrando que la cooperación global puede tener resultados positivos en materia ambiental, se han visto notorias mejoras en la capa ozona.
Sin embargo, la estabilidad de la capa de ozono enfrenta un nuevo e inesperado desafío. Durante los incendios forestales de Australia, los investigadores observaron un alarmante incremento de aerosoles estratosféricos, partículas que pese a su diminuto tamaño pueden influenciar el clima, la salud y la química atmosférica.
Los investigadores utilizaron data de satélites y modelos numéricos para demostrar el impacto de los incendios forestales a través de un nuevo fenómeno: el vórtice cargado de humo (SCV, por sus siglas en inglés).
“El SCV es un poderoso remolino cargado de humo que transporta las emisiones de los incendios forestales a la estratosfera, alcanzando altitudes de hasta 35 kilómetros”, explicó el profesor Hang Su del Instituto de Física Atmosférica de la Academia de Ciencias de China. “Este proceso llevó al menos a duplicar la carga de aerosoles en la estratosfera media del hemisferio sur. Estos aerosoles, una vez que alcanzaron altitudes tan elevadas, iniciaron una serie de reacciones heterogéneas que afectaron las concentraciones de ozono”, explicó el también co-autor del estudio.
El paradójico y problemático descubrimiento
El equipo internacional descubrió que estos aerosoles inducidos por incendios forestales facilitaron reacciones químicas heterogéneas, que paradójicamente condujeron tanto al agotamiento como al aumento del ozono en diferentes capas atmosféricas.
En la investigación se descubrió que si bien la estratosfera inferior experimentó una pérdida significativa de ozono, las reacciones químicas mejoradas en los aerosoles en altitudes más altas, es decir, la estratosfera media, conducen a un aumento de ozono. En las latitudes medias del sur, esta compleja interacción logró amortiguar aproximadamente el 40% (hasta el 70%) del agotamiento de la capa de ozono observado en la estratosfera inferior en los meses siguientes a los grandes incendios forestales.
“Nuestro estudio demuestra un mecanismo inesperado y crucial mediante el cual los aerosoles absorbentes en el humo de los incendios forestales, como el carbón negro, pueden inducir y sostener enormes vórtices cargados de humo que se extienden a lo largo de miles de kilómetros. Estos vórtices pueden persistir durante meses, transportando aerosoles profundamente hacia la estratosfera y afectando la capa de ozono de distintas maneras en diferentes altitudes. Esto pone de relieve la necesidad de una vigilancia e investigación continuas a medida que avanza el cambio climático”, afirmó el profesor Yafang Cheng, otro autor correspondiente del Instituto Max Planck de Química.
El rol de la capa de ozono en el filtrado de la radiación UV es crucial para proteger todas las formas de vida en la Tierra. El éxito del Protocolo de Montreal en la reducción de las sustancias que dañan la capa de ozono fue un logro monumental, pero los nuevos hallazgos resaltan que los eventos naturales, exacerbados por el cambio climático, plantean riesgos adicionales para esta frágil protección de nuestro mundo. Con la creciente frecuencia e intensidad de los incendios forestales provocados por el calentamiento global, la formación de SCV y su impacto en la estratosfera podrían volverse más comunes, amenazando el delicado equilibrio de la capa de ozono.
A medida que continuamos lidiando con el cambio climático, es vital comprender estos procesos atmosféricos recién descubiertos. Este estudio abre nuevas vías para la investigación sobre cómo los incendios forestales y otros eventos climáticos podrían influir en la química estratosférica y la dinámica del ozono en el futuro.
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