Se espera que, de permitirlo el clima, este sábado 6 de septiembre, Starliner finalmente podrá regresar a la Tierra. Lo polémico es que la NASA decidió que la nave espacial de Boeing tendrá que retornar sin sus tripulantes, lo que causó malestar en el gigante aeronáutico, que en todo momento expresó su confianza en las capacidades de su vehículo para traer a los astronautas.
De acuerdo con fuentes citadas por New York Post, las reuniones para definir el plan de rescate de Starliner y sus tripulantes, los astronautas Barry ‘Butch’ Wilmore y Sunita ‘Suni’ Williams, fueron tensas e incluso llegaron a los gritos.
“Fueron acaloradas”, dijo un ejecutivo de la NASA. “Boeing estaba convencido de que Starliner estaba en condiciones para traer a los astronautas a casa, y la NASA estaba en desacuerdo. Totalmente en desacuerdo”, agregó la fuente.
Según el ejecutivo citado, la NASA consideró que “Boeing estaba siendo tremendamente irresponsable”.
La decisión difícil: la empresa rival
Si bien Boeing confiaba en Starliner para poder regresar a la Tierra con los astronautas a bordo, era la agencia espacial de Estados Unidos la que podía dar la luz verde. Al final, la NASA decidió que la nave regresaría este mes de septiembre, pero sin sus tripulantes para descontento de Boeing.
“Boeing no estaba feliz. Y nos lo dejaron perfectamente claro. Pero ¿cuál es el titular si hay un fallo catastrófico? No es ‘Boeing mató a dos astronautas’, es ‘La NASA mató a dos astronautas’”, sostuvo la fuente, resaltando la responsabilidad de la entidad gubernamental.
Durante la conferencia de anuncio del plan para el regreso de Starliner, fue evidente la ausencia de representantes de Boeing, lo que ha alimentado las especulaciones sobre un quiebre en la relación entre la empresa y la NASA.
“Fue una discusión técnica tensa”
El director del programa de tripulación comercial de la NASA, Steve Stich, admitió el miércoles que sí hubo “tensión” durante las reuniones con los ejecutivos de Boeing por el rescate de los astronautas. Sin embargo, la agencia negó que fueran peleas a gritos como señala la fuente del medio estadounidense.
“Siempre que estás en una reunión de esta magnitud donde hay este tipo de decisiones, hay cierta tensión en la sala”, sostuvo. “No diría que una reunión de gritos y alaridos. Fue una discusión técnica tensa en la que ambas partes escucharon atentamente todos los datos”, declaró.
Stich resaltó que “Boeing creyó en el modelo que había creado para intentar predecir la degradación de los propulsores durante el resto del vuelo. Yo diría que el equipo de la NASA analizó el modelo y vio algunas limitaciones”.
Dana Weigel, del programa de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), recordó que la responsabilidad sobre la seguridad de los astronautas recae en la NASA.
Un golpe a la moral de Boeing
La insatisfacción de Boeing también es porque ahora los tripulantes de Starliner tendrán que regresar a la Tierra a bordo de la cápsula Dragon de SpaceX, la empresa de Elon Musk que es la gran rival de Boeing en la carrera espacial privada. Dicho vuelo no tiene fecha exacta, pero se prevé que será en febrero de 2025.
El departamento espacial comercial de Boeing se encuentra desmoralizado tras la decisión de la NASA. Los empleados esperan que Starliner regrese a salvo este fin de semana, y de esta manera poder reclamar que la NASA estaba siendo demasiado cautelosa.
Desde que la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio creó el programa espacial comercial, SpaceX y Boeing han estado en competencia, el hecho que los tripulantes de Starliner regresen en una cápsula Dragon es prácticamente una humillación.
Además, hay un factor económico que considerar. Boeing ha recibido 4,2 mil millones de dólares para construir la nave que transporte a seis astronautas a la ISS, y tras varios retrasos el primer vuelo de prueba tripulado de Starliner podría ser considerado un fracaso.
En la otra esquina, SpaceX de Elon Musk ha recibido 2,6 mil millones de dólares, pero ya ha realizado nueve vuelos con su cápsula Dragon y el cohete Falcon 9. Su décima misión será el rescate de los tripulantes de Starliner.
La NASA, sin embargo, no puede bajarle el dedo a Boeing. Además de SpaceX requiere de otra opción para el traslado de sus astronautas. La única otra alternativa son los cohetes Soyuz de Roscomos (Rusia).
El exastronauta y actual administrador asociado de la Dirección de Misiones de Operaciones Espaciales de la NASA, Ken Bowersox, insiste en respaldar a Boeing. “Creo que la palabra clave es socio”, indicó. “Tenemos un contrato con Boeing, pero es para trabajar juntos para desarrollar esta capacidad para nuestro país”, agregó.
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