Aumento de tráfico, colas interminables en los centros comerciales, reuniones con amigos en puntos alejados de la ciudad, compras de último momento. Las fiestas de Navidad y Año Nuevo no solo traen unión sino también un gran ajetreo y estrés que puede resultar perjudicial para la salud, principalmente para aquellos que tienen problemas de hipertensión.
Los índices de estrés, ansiedad y depresión aumentan en un 30% en Navidad, por sentir que no hemos cumplido lo que planeábamos hacer durante el año. Edén Castañeda Valdivia, docente de la carrera de Psicología de la Universidad Privada del Norte (UPN) explica que “las fechas de fin de año generan todo tipo de pensamientos y sentimientos, positivos o negativos, generando un desgaste emocional que debemos aprender a sobrellevar para evitar problemas en nuestra salud. Además, las deudas que asumimos en regalos para nuestros seres queridos también aumentan los índices de ansiedad o depresión”.
Por ejemplo, al enfrentarse a situaciones extremas donde la tensión es protagonista, el cuerpo produce ciertas hormonas que elevan la presión sanguínea.
“Este estímulo provoca que las arterias se estrechen y que el corazón palpite con mucha rapidez, lo cual pone al paciente hipertenso en riesgo de presentar complicaciones como problemas cardiacos o, incluso, enfermedad renal”, explica el Dr. Juan Urquiaga, médico cardiólogo del Centro de Imagen y Cardiología Preventiva (CIP).
El experto agregó que “la manera en que las personas enfrentan un episodio de estrés también puede tener consecuencias sobre su salud. Por ejemplo, en un grupo esta sensación tiende a motivar el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas o trans, en sodio, dulces y bebidas azucaradas, alternativas poco saludables y abundantes durante fiestas de fin de año”.
Para que estos días previos a Navidad y Año Nuevo no dañen su salud y quienes tengan hipertensión puedan mantener su presión en niveles saludables y prevenir posibles afecciones cardiovasculares, el Dr. Juan Urquiaga comparte cinco recomendaciones:
Un motivo frecuente de estrés durante el último mes del año suele ser encontrar tráfico intenso y cientos, sino miles, de personas al acudir a tiendas y malls. Estas circunstancias pueden ser especialmente nocivas para quien padece de hipertensión, considerando que ir de compras y hacer preparativos tienden a generar mayor tensión y ansiedad.
Ambos grupos de alimentos son conocidos por su alto contenido de potasio, un mineral que se caracteriza por ayudar a disminuir la presión arterial. Por ende, su ingesta, especialmente durante estas fechas, puede convertirse en un respaldo para quienes pudieran cometer excesos al consumir productos ricos en sodio.
Esta recomendación es válida para cualquier época del año, pero lo es más aún cuando se trata de organizar la agenda de las cuatro semanas previas a las fiestas. Querer tener todo listo en el momento justo, mientras se hacen compras o se visita a los seres queridos, puede disparar los niveles de estrés y generar picos de elevada presión arterial.
Producto de la algarabía, muchos pacientes tienden a descuidar su tratamiento pasando por alto su medicación. Sin embargo, a fin de evitar cardiopatías, es indispensable cumplir con la toma del medicamento, el cual no solo controlará su presión arterial, sino que dependiendo del fármaco prescrito también protegerá sus riñones.
De la gran mayoría de productos alimenticios, estos se encuentran entre los más perjudiciales debido a su alto contenido de sodio. Salchichas, jamones y buena parte de los aderezos de la gastronomía peruana son protagonistas frecuentes de las cenas de fin de año y la población con hipertensión debe evitar consumirlos en exceso.