Antes del inicio de Qatar 2022, una foto dio el play de honor a la fiebre mundialista. Lionel Messi y Cristiano Ronaldo aparecían jugando ajedrez para una campaña de la marca Louis Vuitton. A muy poco del cierre del máximo torneo de selecciones, podríamos proponerle a Annie Leibovitz -la autora del icónico retrato- que sume en una próxima producción a Luka Modric, el héroe de bronce. Más de treinta jugadores croatas festejaron ayer en el podio después de superar a Marruecos. Pero los teleobjetivos no dejaban de enfocar al número ‘10′ que siempre juega bien. Pocas veces un resultado deportivo puede definir la naturaleza de un futbolista. Luka Modric, sin ninguna duda, es el mejor tercero.
En esa partida de ajedrez, no solo veíamos a los dos más grandes futbolistas de los últimos treinta años, sino también veíamos el homenaje a dos carreras brillantes que escriben sus últimos capítulos dorados. Modric encaja en ese perfil. Mbappé podría sumarse en diez años, cuando sea un astro con más pasado que presente.Para sustentar que Modric es de los pocos futbolistas activos que puede sentarse en la misma mesa con Messi y CR7 solo hay que apelar al dato: el volante del Real Madrid en el 2018 ganó el Balón de Oro y rompió la dualidad de 12 años entre el argentino y el lusitano.A sus cinco Champions League, Luka ahora suma su segundo podio mundialista como líder incombustible.
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Así es, una señal de la grandeza de Modric es que nunca se cansa. Ese reto a la caducidad lo inspiró a querer siempre una Champions o perseguir un nuevo sueño en la Copa del Mundo. Ivan Rakitic -con tres años menos- anunció su retiro de la selección croata después de Rusia 2018, Modric, en cambio, nunca dudó en seguir vistiéndose de dominó rojiblanco hasta en los amistosos. Mientras Casemiro aterrizó en el United para cerrar ciclos, el volante balcánico aceptó sin pestañear renovar un año más con el Real Madrid. Está hecho para seguir.
Los hilos en Twitter, en medio de este mes mundialista, han sido tentación permanente para algunas exageraciones y fake news con historias de futbolistas. Eso sí, hay excepciones que hasta han sido acreditadas por los mismos protagonistas. Y uno de esos relatos breves es el del infierno que vivió Modric en su niñez, al pasar los días en hoteles de refugiados para escapar de los bombardeos en la guerra de 1991. Luka Modric, de alguna manera, no ha dejado de ser ese niño de la antigua Yugoslavia que tenía una difícil misión: volver a nacer todos los días.