Más de la mitad de hombres que cometieron feminicidio o tentativa el 2013 en el Perú está prófugo o libre, y en ningún caso se registró sentencia contra ellos, pese a los esfuerzos de las autoridades por endurecer las penas contra los agresores de mujeres.
Según estadísticas del Programa Nacional Contra la Violencia Familiar y Sexual del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), que recoge información de enero a noviembre, el 58% de los autores de estos hechos (148 agresores) han escapado de la ley frente a 93 que están en prisión.
La directora ejecutiva de este programa, Ana María Mendieta, consideró que en muchos la libertad del agresor está relacionada con la interpretación o calificación que el operador de justicia le otorga a dichas situaciones de violencia.
“Muchos de los casos de tentativa de feminicidio no son calificados como tal, por más que la intención haya sido acabar con la vida de la mujer, y el hecho es calificado como lesiones graves. A ello se suma que muchos de los operadores de justicia también son agresores y se identifican con estos sujetos”, apuntó.
INTERPRETACIÓNIndicó que cuando los operadores de justicia aducen que no hubo intención de matar a la persona, porque finalmente la persona agredida no murió. “Probar la intención de estos casos es bastante difícil”, apuntó la funcionaria.
“Si el juez determina que hay lesiones leves, prácticamente no hay prisión, ni amerita dictar mandato de detención, mientras que con lesiones graves puede que el agresor vaya a la cárcel, pero con los beneficios penitenciarios sale en libertad. Esta situación no se presenta si el acusado purga condena con la figura de feminicidio o tentativa de feminicidio”, dijo.