La Habana. El empresario y navegante alemán Roger Klüh cruzó este sábado con su lancha rápida en menos de dos horas los 160 km que separan a Estados Unidos de Cuba quebrando un récord mundial de velocidad vigente desde 1958, pese a que enfrentó averías durante el trayecto, informaron los organizadores de la prueba.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
En su lancha “Apache Star” y con otros tres tripulantes, Klüh arribó a la línea de meta frente al emblemático Morro de La Habana a las 11:45 a.m. hora local (10:45 a.m. en el Perú), cubriendo en 1 hora y 45 minutos la travesía entre Cayo Hueso, la ciudad más al sur de Estados Unidos, y la capital cubana.
Así, hizo añicos el récord establecido por el norteamericano Forest E. Johnson en 1958 (6 horas 23 minutos).
“Estamos muy contentos de haber podido llegar a Cuba, pese a que sufrimos algunas averías durante la travesía”, dijo Klüh, que está cumpliendo este sábado 50 años, en sus primeras declaraciones a la prensa tras arribar a la isla.
En un pequeño muelle, ubicado en el canal de la Bahía de La Habana, el navegante alemán fue recibido por autoridades de gobierno de La Habana Vieja, que le colgaron una corona de rosas amarillas, azules y rojas, y por José Miguel Díaz Escrich, comodoro del Club Náutico Internacional Hemingway de La Habana, del que es miembro.
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Roger Klüh. (Foto: Reuters/AFP)
También acudieron a recibirlo varios miembros de su familia, entre ellos sus dos hijos y su novia libanesa, mientras que miles de cubanos, que se apostaron desde la mañana en la costanera del Malecón para darle la bienvenida, lo aplaudían y le pedían retratarse con él.
“La realidad es que esto ha sido un hecho histórico y un hecho heroico”, dijo el comodoro Escrich, subrayando que durante la travesía la “Apache Star” debió enfrentar “olas de hasta tres metros de altura”, que dañaron sus sistemas de navegación y comunicación, y que el motor de la nave finalmente dejó de funcionar poco después de pasar la línea de meta.
Klüh estuvo acompañado en esta travesía por el norteamericano Mark McManus (copiloto), dueño del astillero que construyó su lancha, de dos motores y 3.000 caballos de fuerza; por el mecánico estadounidense John Pompi; y el navegante profesional franco-estadounidense Damien Sauvage.
Fuente: AFP