Entre los atrapados en los arrestos sin precedentes de príncipes, hombres de negocios adinerados y altos funcionarios de Arabia Saudí está el heredero de una de las familias más reconocidas del país: Bakr Bin Laden, uno de los mayores contratistas del reino y medio hermano de Osama Bin Laden.
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Este ha sido el sorprendente final de una alianza de décadas entre la familia gobernante Al Saud y los Bin Laden, que con su compañía Saudi Bin Laden Group se aseguró el monopolio en los proyectos de mega-expansión en los dos sitios más sagrados del Islam: La Meca y Medina.
El Gobierno Saudí dice que 201 personas han sido detenidas en la purga, que se produce en medio de una investigación anticorrupción que ha descubierto al menos US$100 mil millones en sobornos y malversación.
Los críticos y expertos saudíes calificaron las detenciones como una movida audaz y arriesgada por parte del príncipe heredero Mohammed bin Salman, cuyo objetivo es consolidar su poder al marginar a rivales potenciales, silenciar a los críticos y desmantelar alianzas construidas con otras ramas de la familia real.
Bakr Bin Laden preside el Saudi Binladin Group, una compañía que prácticamente mantenía el monopolio de la construcción de los proyectos más importantes del reino.
El Saudi Bin Laden Group era visto como una parte de la economía saudita, y su éxito se ha basado en las buenas relaciones, aunque no transparentes, con la monarquía. Pero ese emporio también ha sido un pilar para que la familia real saudita pudiera retener el poder a lo largo de los años.
“Este es el comienzo del surgimiento del nacionalismo económico”, dijo Ayham Kamel, jefe de la división de Medio Oriente y África del Norte del Grupo Eurasia.Una pieza central de ese plan es NEOM, un proyecto de US$500 mil millones que promete ser la ciudad más futurista y tecnológicamente avanzada del mundo, que fue presentada por el príncipe heredero en una conferencia de inversión global en Arabia Saudí el mes pasado.Desde la década de 1950, los Bin Laden han sido el contratista principal de la familia real para algunos de sus proyectos más delicados, incluida la construcción de palacios privados en los años inmediatos después de que se descubriera el petróleo en Arabia Saudí.Como la familia real gastaba abundantemente en viajes al extranjero y en nuevos palacios en el país, los Bin Laden se convirtieron en sus acreedores, así como en contratistas.
Confiable y discreto, el Grupo Bin Laden continuará con la construcción de proyectos de defensa en el reino, así como en rascacielos emblemáticos, universidades, un hospital militar, un aeropuerto, un distrito financiero y mucho más.Dirigido como una empresa privada por miembros de la gran familia Bin Laden, la firma no es ajena a la agitación política y los cambios en el reino. De hecho, parte de su éxito ha sido su capacidad de adaptarse a los caprichos de reyes y príncipes.“Los Bin Laden pudieron seguir siendo esenciales para la familia real a pesar de los eventos muy dramáticos dentro de la familia real”, dijo Steve Coll, autor de “Los Bin Laden: una familia árabe en el siglo XX estadounidense”.Los Bin Laden tampoco eran ajenos a la controversia. Aguantaron el golpe y la reputación después de los ataques del 11 de setiembre en Nueva York y Washington ideados por Osama Bin Laden, un hijo del patriarca de la familia Mohammed Bin Laden.En 1931, el anciano Bin Laden, un pobre migrante yemení que viajó en la década de 1920 hasta el puerto de Jiddah, en el Mar Rojo, fundó la compañía que lleva su nombre. Se casó con unas dos docenas de mujeres y engendró más de 50 hijos, incluido el futuro líder de Al Qaeda.Después de los ataques del 11 de setiembre, los Bin Laden contrataron abogados y especialistas en relaciones públicas en Estados Unidos para tratar de comunicar su desprecio por Osama Bin Laden y su disposición a cooperar con Washington, dijo Coll.En la década de 1990, bajo la presión del gobierno saudí, Bakr Bin Laden supervisó los procedimientos para despojar a su hermano de todas sus acciones en la compañía y de la riqueza de la familia, una medida que se produjo cuando el reino despojó al líder de Al Qaeda de su nacionalidad.“Bakr logró lo que se propuso hacer, algo que mantuvo a la compañía intacta, la mantuvo legítima en la economía internacional”, dijo Coll.El Grupo Bin Laden fue crucial para los gobernantes sauditas en 1979, cuando los militantes sitiaron el lugar más sagrado del Islam, La Meca, durante 15 días. La compañía, que había estado trabajando en proyectos de expansión allí, ayudó a expulsar a los rebeldes de los túneles porque tenían los planos y mapas, señaló Coll.Pero aunque la alianza Al Saud-Bin Laden ha sido un pilar para que la familia real retenga el poder a lo largo de los años, las necesidades del reino han cambiado.“Ayudaron a la familia Al Saud en su momento de necesidad, pero la utilidad de esa relación se ha agotado”, dijo Kamel. “Ya no es atractivo para Al Saud retener eso, ni pueden permitírselo”.En el 2015, el Grupo Bin Laden sufrió dos golpes importantes: el colapso de los precios del petróleo y el colapso de una de sus grúas.El desastre de la grúa mató a 111 peregrinos en los pisos de mármol prístino de la Gran Mezquita que alberga la Kaaba. La firma fue investigada, se impuso una prohibición de viajar a Bakr Bin Laden y la compañía sigue enredada en litigios hasta el día de hoy.Fuente: AP