Frankfurt. El desastre del vuelo 9525 de Germanwings en Francia ha puesto enorme presión sobre el director general de Lufthansa, quien en menos de un año al timón ha tenido que lidiar con menores ganancias, problemas laborales y una intensa competencia de las aerolíneas más baratas.
Los analistas creen que el director Carsten Spohr ha tomado las medidas correctas, en especial sus expresiones inmediatas de condolencias por las 149 víctimas y el dolor de sus familiares la semana pasada. Funcionarios franceses dicen que el copiloto Andreas Lubitz se encerró en la cabina sin permitir que el capitán volviera a ingresar y que deliberadamente estrelló el Airbus A320 contra una montaña de los Alpes franceses.
Asimismo, señalan que el hecho de que Lufthansa haya reconocido que Lubitz les dijo durante su entrenamiento que había recibido tratamiento por depresión profunda es un ejemplo de aceptar la culpa rápidamente ante una mala noticia.
“Lo están tomando con total seriedad, no dejan de cooperar completamente con las autoridades y ése es un buen comienzo”, opinó Andrew Charlton, director de asesoría estratégica y asuntos gubernamentales en la firma Aviation Advocacy en Nyon, Suiza.
Spohr, de 48 años, no ha terminado ni por mucho con la odisea macabra. La investigación demorará meses. El 17 de abril habrá una ceremonia religiosa en memoria de las víctimas en la enorme catedral de Colonia, cerca de la sede central de Germanwings. Y el incidente ha empañado la sólida reputación de seguridad de Lufthansa: es su peor choque desde que reinició operaciones después de la Segunda Guerra Mundial en 1955 y el primer accidente aéreo fatal que sufre desde 1993.
El desastre durante el vuelo de Barcelona a Dusseldorf ha puesto a la aerolínea bajo escrutinio sobre si Lubitz debió haber sido admitido en su filial Germanwings, de precios bajos, en el 2013.
Spohr ha dicho que “ningún sistema en el mundo puede descartar un hecho aislado semejante”, pero ha puesto mucho cuidado en asegurarse de pronunciar la palabra “perdón” y expresar su pesar personal.
“He trabajado en Lufthansa como ingeniero, he trabajado como piloto en Lufthansa, he tenido responsabilidad gerencial en Lufthansa durante muchos, muchos años”, afirmó. “Siempre, dondequiera que estuviera, fuera quien fuese mi superior, la regla era siempre seguridad ante todo. Y ahora que nos ha sucedido esto, solo puedo decir que lo siento”.
Hasta ahora la prensa, los sindicatos y el gobierno en Alemania no han criticado a Spohr. El ministro alemán de Transporte Alexander Dobrindt dijo que las discusiones en torno a cualquier culpabilidad de la gerencia por conocer el historial de depresión de Lubitz son “innecesarias”.
Un rápido ascenso
Tras recibir su licencia de piloto en la altamente selectiva escuela de Lufthansa, comenzó una carrera de negocios allí en 1994 como reclutador de personal. Su rápido ascenso incluyó un período —de 1995 a 1998— como asistente del entonces director general Juergen Weber. Spohr encabezó la división de carga y la de pasajeros antes de suceder a Christoph Franz como director general el 1 de mayo del 2014.
Su liderazgo de la compañía se ha centrado en reducir costos ante la creciente competencia de aerolíneas más económicas como Ryanair y EasyJet en rutas cortas dentro de Europa, y en rutas internacionales de parte de compañías vinculadas con gobiernos de la región del Golfo Pérsico: Etihad, Qatar Airways y Emirates.
Una de las principales respuestas fue entregar a Germanwings los vuelos cortos fuera de los ejes internacionales de Lufthansa en Francfort y Munich. Además, la división Eurowings adoptará algunas de las prácticas de Germanwings como asientos “básicos”, sin comida ni equipaje registrado gratis, en rutas largas a partir de finales de este año.
Otro factor en favor de Spohr es que lleva muy poco tiempo en el cargo, por lo que un cambio ahora solamente crearía problemas.
Lufthansa perdió 732 millones de euros bajo las normas contables alemanas el año pasado debido a un incremento en los pasivos por pensiones y no pagó dividendos a los accionistas, aunque registró ganancias operativas de 954 millones de euros sin incluir artículos financieros. Los ingresos se mantuvieron sin cambios en 30.000 millones de euros.
Spohr ha dicho que las ganancias operativas son insuficientes para pagar las inversiones en aeronaves y servicios de primera que la compañía necesita para competir. Analistas han dicho que el seguro deberá cubrir las pérdidas financieras causadas por el desastre. Lufthansa ha ofrecido pagar inmediatamente 50.000 euros a los familiares de las víctimas.