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Las inundaciones en la costa este de Australia están “lejos de terminar” y se han extendido, advirtieron las autoridades, que prevén evacuar el martes a miles de habitantes más.
Las lluvias torrenciales se abaten sobre el sureste de Australia desde hace días, provocando crecidas en las vías fluviales de Nueva Gales del Sur, el estado más poblado.
Un nuevo diluvio agravó la situación y extendió las zonas afectadas el lunes por la noche. Los habitantes de suburbios del noroeste de Sídney se disponen a desalojar sus casas debido a la subida de las aguas.
“Como informamos ayer, unas 18.000 personas han sido evacuadas y, lamentablemente, hemos advertido a otras 15.000 de que pueden tener que ser desalojadas”, afirmó la primera ministra de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian.
No se tiene constancia de muertos ni heridos graves.
Las fuerzas de defensa australianas se unirán a las operaciones de socorro el martes, anunció el gobierno, precisando que dos helicópteros ayudarán a transportar a los habitantes bloqueados en zonas remotas.
“Por desgracia, esta situación está lejos de terminar”, advirtió en un tuit la Oficina Meteorológica, cuando la mitad de Nueva Gales del Sur se halla en alerta.
El lunes se pidió a ocho millones de habitantes que evitaran los desplazamientos innecesarios y teletrabajaran siempre que fuera posible. Algunas áreas recibieron 250 mm de precipitaciones en 24 horas.
El contraste es llamativo con finales de 2019, cuando esta región sufrió incendios forestales sin precedentes y restricciones de agua debido a un largo período de sequía.
Los servicios de emergencia han recibido más de 10.000 llamadas de auxilio y han llevado a cabo unas 850 operaciones de salvamento.
Los investigadores prevén que Australia se enfrente a fenómenos meteorológicos extremos debido al calentamiento global.
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