Baghuz. Los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI), acorralados el martes en un reducido sector de Baghuz a orillas del Eufrates, en el este de Siria, intentaban desesperadamente defender el último trozo de su “califato”.
Los combatientes de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza kurdo-arabe apoyada por los bombardeos aéreos de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, anunciaron que desalojaron a los yihadistas de su principal campamento.
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Los que aún no se rindieron están atrapados en un sector muy pequeño a orillas del Eufrates, precisó la alianza FDS.
“Las FDS controlan la zona del campamento de Baghuz”, compuesta principalmente por carpas, coches abandonados y túneles, afirmó en Twitter el portavoz de las FDS, Mustafa Bali.
“No se trata de un anuncio de victoria, sino de un avance significativo en la batalla contra Daesh”, indicó Bali utilizando el acrónimo en árabe del Estado Islámico.
“Centenares de combatientes de Daesh heridos o enfermos fueron capturados” luego de la caída del campamento y “fueron evacuados hacia los hospitales militares”, agregó Bali.
Las FDS, que tienen en sus filas a combatientes de las tribus árabes locales, tomaron posición en el campamento abandonado, dejando a los últimos yihadistas sin una salida posible.
Rodeados desde tres flancos, los yihadistas no pueden huir. En la otra orilla del Eufrates, el régimen sirio y sus aliados tienen fuerzas deplegadas.
- Sigue la batalla -
“Los enfrentamientos siguen”, según Bali.
Los bombardeos de la coalición internacional llevaron a centenares de yihadistas a rendirse en los últimos días. Esto se repitió la última noche, indicó a AFP un portavoz de las FDS que pidió el anonimato.
Las FDS lanzaron su ofensiva final en Baghuz, en la provincia de Deir Ezzor, a principios de febrero.
Esta ofensiva, la última fase de una operación lanzada en septiembre de 2018, se vio frenada por la presencia de miles de civiles.
Desde enero, unas 67.000 personas dejaron el enclave, de los cuales 5.000 yihadistas, detenidos luego de rendirse, según las últimas cifras de las FDS.
La mayoría de los civiles, en su gran parte familiares de yihadistas, fueron transferidos hacia el campamento de Al Hol (noreste), en donde unas 70.000 personas, de las cuales 41.000 niños, se amontonan en condiciones de vida difíciles, según la ONG Comité Internacional de Rescate (IRC).
Desde diciembre, 123 personas, en su gran mayoría menores de cinco años, murieron durante el traslado al campamento o poco después de su llegada, agregó el IRC.
El “califato”, que proclamó a mediados de 2014 Abu Bakr al Baghdadi, el líder supremo del Estado Islámico, una organización ultrarradical responsable de atrocidades y atentados sangrientos, cubría amplios sectores de Siria e Irak.
La pérdida total de Baghuz significaría el fin territorial de su “califato”, luego de la derrota del Estado Islámico en 2017 en Irak.
Pero la organización ya inició su transformación hacia la clandestinidad y sigue cometiendo sangrientos atentados.
Se ignora si Abu Bakr al Baghdadi está vivo. El lunes, un portavoz del grupo, Abi Hasan al Mujahir, llamó a los seguidores de Estado Islámico a vengarse de los combatientes kurdos en toda Siria, según un mensaje publicado en Instagram.
A principios de marzo el jefe de las fuerzas estadounidenses para Medio Oriente, el general Joseph Votel, advirtió que el combate contra Estado Islámico en Siria “está lejos de haber terminado”.
La guerra en Siria, iniciada en 2011, dejó más de 370.000 muertos y millones de desplazados y refugiados.
Fuente: AFP