Jerusalén. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó el jueves como “falsas acusaciones por motivos políticos” que equivalen a un “golpe de Estado” su inculpación bajo tres cargos de corrupción, fraude y abuso de confianza.
“Todo esto tiene como objetivo mi caída” añadió Netanyahu en rueda de prensa en Jerusalén, durante la cual puso en duda la independencia de la justicia israelí.
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“Lo que está sucediendo es un intento de golpe de Estado contra el primer ministro”, enfatizó.
El veterano político conservador israelí indicó que era el momento de “investigar a los investigadores”.
“Continuaré dirigiendo este país de acuerdo con la ley”, aseguró.
Netanyahu es el primer ministro en funciones, a la espera de que se pueda conformar un gobierno en Israel, tarea en la que han fracasado por el momento el propio líder conservador y el centrista Benny Gantz.
El presidente Reuven Rivlin encargó este jueves al parlamento encontrar un primer ministro para intentar esquivar la convocatoria de nuevas elecciones.
Fiscal basa en “evidencias” la acusación
El fiscal general del Estado israelí, Avijai Mandelblit, afirmó hoy que tomó la decisión de acusar al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahyu, "de graves delitos de corrupción gubernamental" -fraude, cohecho y abuso de confianza-, basado "solo en consideraciones legales y fundamentadas en evidencias".
Mandelblit concluyó la acusación con “pesadumbre pero con todo el corazón” y calificó el día como “difícil y triste” para Israel pero aseguró que “la aplicación de la ley no es una opción” ni una “cuestión de derecha o izquierda”.
El cargo más grave es el de cohecho, pero, para el fiscal, el delito de fraude y abuso de confianza también son serios y se refieren “a la prohibición a los servidores públicos de explotar su cargo y su estatus para obtener favores personales”.
CASO 4.000
Netanyahu es acusado de haber hecho favores entre 2012 y 2017 al gigante de telefonía israelí Bezeq a cambio de cobertura favorable a él y su mujer Sara en el popular digital de noticias Walla, ambos controlados por el mismo empresario, Shaul Elovitch. Por ello recibe las acusaciones de fraude, abuso de confianza y cohecho.
“Elovich, que necesitaba al primer ministro para promover sus intereses comerciales y económicos, recibió numerosas solicitudes y demandas de este y su entorno con respecto a varias publicaciones en el sitio web de Walla, algunas durante los períodos electorales, e hizo todo lo que pudo para cumplir con ellas”, dijo el fiscal sobre una relación que describió como de “dar y recibir”.
Asimismo, según el ministerio público, Elovich presionó a los periodistas y editores para que cumplieran con las demandas del primer ministro y, en muchos casos, “sus esfuerzos dieron sus frutos”.
El primer ministro, a cambio, actuó para garantizar que sus propias decisiones y las del ministerio de Comunicaciones con respecto a Bezeq, sobre una serie de cuestiones clave, se tomaran de acuerdo con los deseos del Elovich.
CASO 2.000
Presunto intento de pacto de Netahyahu con Arnon Mozes -también acusado-, editor del diario de pago de mayor difusión de Israel, el “Yediot Aharonot” para lograr una cobertura más positiva sobre él a cambio de limitar la distribución del diario rival, el gratuito “Israel Hayom”.
El fiscal considera que Netanyahu utilizó en su favor su estatus y su poder como jefe de gobierno: “Esto se debió a que tuvo una conversación corrupta sobre una propuesta de soborno que recibió del propietario y editor Noony Mozes” y tras esta conversación, “Mozes sugirió cambiar por completo la cobertura del primer ministro en el periódico Yedioth Aharonot y el sitio web Ynet”.
Esto, a cambio de que el primer ministro ejerciera su poder para promulgar una ley que limitara al periódico competidor “Israel Hayom”, dándole a Mozes importantes ganancias financieras.
Aunque el primer ministro no aceptó la oferta de soborno de Mozes, “ni pidió un soborno”, por lo que el fiscal decidió no formular una acusación en tal sentido, el ministerio público sí considera que Netanyahu le dio a Moses “la impresión de que sobornar al primer ministro es una opción que puede ser negociada”.
“Todo eso, con los ojos del primer ministro puestos en las elecciones que se avecinaban, resaltando la importancia de su cobertura y la de su familia, especialmente durante este período, para garantizar que ganara las elecciones”, añadió.
CASO 1.000
Por el que Netahyahu es sospechoso de aceptar lujosos regalos de millonarios para él y su familia -hasta un millón de shékels (unos 260.000 euros) en carísimos puros, joyas, viajes y champán francés- de dos millonarios a cambio de favores. Por ello está acusado de fraude y abuso de confianza.
“Esto se debe a que durante años, el primer ministro y su esposa recibieron regular y sistemáticamente una verdadera cadena de suministro: cajas de cigarros y botellas de champán valoradas en cientos de miles de shékels, de parte de los empresarios Arnon Milchan y James Packer”, alegó Mandelblit.
“Esto generalmente se hizo de acuerdo con las demandas y solicitudes del primer ministro y su esposa, que generalmente se transmitieron a través del asistente de los empresarios”, indicó.
Al mismo tiempo, Netanyahu actuó para promover importantes intereses personales y económicos de Milchan, manifestó.
Tras la acusación, Mandelbit también matizó que Netanyahu aún tiene presunción de inocencia: “La Fiscalía debe mostrar su culpabilidad ante el tribunal y solo este puede condenarlo”.
Fuente: AFP y EFE