Sao Paulo (AP). La huelga que paralizó el metro de Sao Paulo fue suspendida, aunque dirigentes del sindicato advirtieron que si sus demandas de aumento de sueldo no son satisfechas pedirán a los trabajadores que cesen labores el jueves, el día que se inaugura el Mundial en esta ciudad.
En una asamblea celebrada la noche del lunes, integrantes del sindicato votaron por suspender temporalmente la huelga que iniciaron la semana pasada, pero acordaron que el miércoles por la noche volverán a votar para decidir si regresan a trabajar o paran el jueves.
Entre tanto, el sindicato que representa a los trabajadores del metro de Río de Janeiro indicó que sus miembros votarán la noche del martes para decidir si van a huelga.
Esos actos son una severa amenaza a los aficionados que piensan acudir a los estadios donde se jugará el Mundial ya que en ambas ciudades el metro es el principal medio de transporte para llegar a esas instalaciones.
Dirigentes del sindicato se reunieron con el gobernador del estado de Sao Paulo el lunes pero no alcanzaron acuerdos sobre el porcentaje de aumento para los trabajadores, que el jueves se declararon en huelga y agravaron el congestionado tránsito de la ciudad más poblada de Sudamérica.
Por la tarde policías y empleados del metro de Sao Paulo que están en huelga se enfrentaron el lunes en una estación. La policía usó gas lacrimógeno y macanas para desalojar a los trabajadores de la estación.
Altino Prazeres, presidente del sindicato, dijo que casi todos los 8.000 trabajadores del metro dejaron de laborar. Mientras marchaba por las calles del centro de la ciudad con sus compañeros dijo que no les interesa alterar las actividades del Mundial.
Prazeres dijo que los trabajadores están dispuestos a negociar un aumento menor al 12% que pidieron originalmente si la compañía operadora del metro, de propiedad estatal, ofrecía mejores prestaciones, pero la gerencia se ha negado a esa propuesta. Un tribunal laboral determinó que el aumento salarial debe ser del 8,7%.
Una vocera de la compañía del metro rehusó contestar preguntas sobre la situación. Cerca de la mitad de las estaciones de la ciudad funcionaban, pero con un servicio reducido. Muchas de las principales arterias de Sao Paulo estaban atascadas con carros y camiones, y el tráfico circulaba lento en casi todos los sectores.
El secretario de transportación de Sao Paulo, Jurandir Fernandes, dijo a reporteros locales que 60 trabajadores en huelga fueron despedidos.
Algunos sectores respaldan la huelga y dicen que los obreros merecen un aumento de salario y que el gobierno debe invertir más en transportación pública. Pero otros están molestos porque demoran demasiado en llegar a sus trabajos, en esta ciudad de 11 millones de habitantes.
Adriana Silva, quien trabaja como cajera en una joyería en el centro, dijo que demoró tres horas en llegar a su trabajo desde la zona este de la ciudad, donde está el estadio Itaquerao que el jueves albergará el partido inaugural del Mundial entre Brasil y Croacia.
“¿Por qué hacer esto ahora? ¿Por qué tan cerca del Mundial?”, preguntó. “Los que terminamos más afectados somos nosotros. Esto tiene que parar”.
La huelga del metro es el más reciente problema que afecta a Brasil en la antesala de la Copa. Los maestros siguen en huelga en Río y con cierta frecuencia bloquean avenidas en sus protestas, mientras que los policías han decretado huelgas en varias ciudades.