Cuando el gasfitero de Estados Unidos Mark Oberholtzer, de 62 años, cambió su vieja camioneta por un modelo más nuevo, no podía imaginar que la transacción le iba a causar tantos problemas.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
En cuestión de horas, pasó de ser el modesto propietario de una empresa de gasfitería en una localidad de 46.000 habitantes en Texas a recibir amenazas de muerte por ser “un simpatizante de terroristas”.
Todo por una imagen en la que se ve el vehículo que él utilizaba para sus tareas de gasfitero reciclado para la guerra con una batería antiaérea en su plataforma trasera y en poder de combatientes sirios.
Sobrepasado por el acoso al que se vio sometido, Oberholtzer presentó una demanda de US$1 millón por daños y perjuicios contra el concesionario de autos donde hizo el intercambio.
Mientras esperaba que se resolviera el papeleo correspondiente, el gasfitero cuenta que comenzó a despegar del lateral del vehículo los adhesivos con el logotipo, el nombre y el número de teléfono de la empresa.
Pero, según denuncian los abogados de Oberholtzer en la demanda, un vendedor del concesionario le pidió que no lo hiciera porque iba a dañar la pintura y añadió que ellos lo harían de forma profesional.
Semanas después, el concesionario vendió la camioneta en una subasta a Maz Auto, una empresa de venta de autos usados en Houston.
El 18 de diciembre del 2013, según consta en la demanda, el vehículo fue exportado de Texas a Mersin, en Turquía, donde probablemente entró en la espiral de intercambio de armas y materiales que tienen como destino la vecina Siria.
Y su rastro se perdió.
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► Redes sociales
Un año después, en diciembre del 2014, Caleb Weiss, estudioso de movimientos yihadistas, compartió en la red social Twitter una fotografía que originalmente fue difundida por el grupo rebelde sirio Frente Ansar al Din.
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El pasado mes de octubre, se supo que el Departamento del Tesoro de EE.UU. le pidió explicaciones a la automotriz japonesa Toyota después de que varios de sus vehículos fueran vistos en poder de militantes del Estado Islámico.
En la imagen aparecía la camioneta del gasfitero con una batería antiaérea disparada por un hombre a quien no se puede identificar.
La información de la empresa de Mark Oberholtzer seguía intacta en la camioneta.
Ahí es cuando empezó la pesadilla del plomero de Texas.
Su asistente lo llamó llorando para decirle que estaba recibiendo cientos de llamadas con insultos y amenazas.
“Al final del día, la oficina de Mark-1, el teléfono empresarial de Mark-1 y el teléfono celular personal de Mark habían recibido más de mil llamadas de todo el país”, precisa la demanda, que se presentó hace unos días en un tribunal de Houston.
La demanda describe que las llamadas, en tono acosador, incluían amenazas de violencia, daños a la propiedad, lesiones e incluso muerte.
Algunos de los que llamaban cantaban en árabe y otros gritaban obscenidades a quien respondiera el teléfono.
“Al principio creí que era algo de Photoshop, una broma de algún amigo”, le dijo Oberholtzer a un periódico local el pasado lunes.
“Entonces mi asistente me mandó la imagen y pensé: 'Nadie tiene una fotografía de ese camón'”.
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Los combatientes kurdos también han sido vistos a bordo de camionetas de manufactura extranjera.
La fotografía también dio lugar a varias bromas en redes sociales e incluso llegó a la televisión.
El conocido humorista estadounidense Stephen Colbert hizo un comentario sobre el tema en su programa “The Late Show with Stephen Colbert”, en CBS.
“Ese país (Siria) se está yendo por el desagüe pero por primera vez ya saben a quién llamar para desatascarlo… aunque pensándolo bien, una camioneta, el desierto, un arma gigante… todavía podría ser Texas”, comentó Colbert.
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► Investigación oficial
Como explicó el abogado de Oberholtzer, Craig Eiland, su defendido ha sido forzado a llevar un arma para protegerse.
Además, el gasfitero fue interrogado por investigadores del Departamento de Seguridad Nacional y el Buró Federal de Inteligencia (FBI, por sus siglas en inglés) estadounidenses.
En la demanda también se denuncia que ha perdido gran parte de su negocio y que, cada vez que hay alguna información negativa relacionada con rebeldes sirios o con el autodenominado Estado Islámico, vuelve la oleada de llamadas insultantes y amenazadoras.
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► Respuesta de AutoNation
Desde el concesionario demandado no se han hecho declaraciones ni responden el teléfono.
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Desde la casa matriz de AutoNation calificaron el incidente como muy desafortunado.
Sin embargo, un portavoz de la empresa matriz, AutoNation, habló el lunes.
“Nos parece muy desafortunado que el cliente esté atravesando estos problemas”, declaró Marc Cannon.
“Este vehículo llegó a nosotros y fue enviado a la subasta. Las marcas debieron ser retiradas en la subasta. Esto no ocurrió. Nos parece desafortunado”.
Cannon agregó que su empresa está haciendo una investigación y que de momento no saben exactamente qué pasó cuando el auto fue vendido.
Por su parte, el gasfitero de Texas está resignado y sólo espera recibir algún tipo de compensación.
“Alguien me dijo que Internet no tiene goma de borrar, esto es por lo que soy conocido en lugar de por estar en este negocio durante 32 años”, lamentó.
#EEUU : Republicanos prometen derrotar al #EstadoIslamico ►https://t.co/wBgIZQbSCQ pic.twitter.com/1JNGByeP4k— Mundo El Comercio (@Mundo_ECpe) diciembre 16, 2015