Christchurch. Nueva Zelanda rendía homenaje el domingo a los 50 fieles muertos en el ataque a dos mezquitas de Christchurch, mientras iban aflorando más informaciones sobre la matanza.
Cuando los restos de varios fallecidos empezaban a ser restituidos a las familias, un listado todavía provisional mencionó detalles de las víctimas y mostró que tenían edades de entre 3 y 77 años, y que al menos cuatro eran mujeres.
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El autor de la matanza es un extremista australiano, Brenton Tarrant, quien ante el tribunal que lo inculpó el sábado por asesinatos hizo con la mano derecha un gesto típico de grupos supremacistas blancos.
Este ex preparador físíco, “fascista” autoproclamado, documentó su radicalización en un largo manifiesto de unas 70 páginas, repleto de teorías de conspiración e ideas racistas.
Este domingo, la primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, reveló que su oficina recibió ese manifiesto apenas nueve minutos antes del inicio de los ataques.
“Yo fui una de las más de 30 personas a quienes el manifiesto fue enviado, nueve minutos antes que ocurriera el ataque”, dijo Ardern a periodistas, aunque agregó que el documento no precisaba la localización ni detalles específicos.
“El hecho de que haya un manifiesto ideológico con visiones extremistas relacionado con este ataque, es algo profundamente perturbador”, comentó.
Los cuerpos de varias de las víctimas de los tiroteos aún permanecen en el interior de las mezquitas para ser identificados, mientras las familias esperan para comenzar los ritos funerarios musulmanes.
En un cementerio local, excavadoras ya comenzaron a remover tierra y preparar las sepulturas de tantas víctimas.
“Puedo confirmar que los cuerpos de las personas fallecidas empezarán a ser restituidos esta noche”, dijo la primera ministra. Según ella, todos los restos habrán sido entregados el miércoles.
--- Drama y heroísmo ---Según autoridades locales, 34 personas continúan hospitalizadas.
El médico Greg Robertson dijo que esos pacientes presentan desde heridas relativamente superficiales hasta “heridas de bala severas y complejas”.
Entre los heridos se encuentra una niña de apenas 4 años, Alin Alsati, quien se hallaba en una de las mezquitas acompañando a su padre y recibió tres heridas de bala.
El padre de la niña también resultó herido en el tiroteo. La familia había emigrado recientemente de Jordania, y el padre había abierto una peluquería.
“Por favor, recen por mí y mi hija”, dijo en un video publicado en Facebook desde el hospital.
En medio de la conmoción, iban trascendiendo historias de desconocidos que actuaron de forma heroica durante la tragedia.
La página de información Stuff.co.nz publicó la hazaña de Abdul Aziz, originario de Afganistán, calificado de “héroe” por haber arriesgado su vida para hacer huir al asesino.
Este hombre, de 48 años, explicó que, tras oír los disparos, salió de la mezquita de Linwood dejando a sus hijos en el interior.
Un testigo confirmó que persiguió al atacante, que se dirigía a su coche para tomar una nueva arma.
Abdul Aziz consiguió pasar entre varios autos aparcados y agarrar un arma vacía que el agresor había tirado.
Según este hombre, la lanzó “como una flecha” contra el vehículo del asesino y rompió uno de los cristales. “Por eso tuvo miedo”, aseguró Abdul Aziz, indicando que el individuo decidió huir luego en coche.
Una acción que quizás evitó que hubiera más muertos, ya que dos policías detuvieron poco después al atacante.
--- “Ciudad de la tristeza” ---Daud Nabi, un afgano de 71 años, se habría colocado delante del asesino para proteger a otros fieles de la mezquita Al Noor. “Saltó a la línea de fuego para salvar a alguien más y así murió”, declaró a la AFP su hijo Omar.
Este domingo, en toda la ciudad de Christchurch era posible ver vigilias, memoriales y grupos de oración en homenaje a las víctimas.
“Estamos con nuestros hermanos y hermanas musulmanes”, rezaba una enorme pancarta instalada sobre un mar de flores frente a una de las mezquitas.
En otro cartel, una mano anónima describió a Christchurch como “la ciudad de la tristeza”.
En la catedral de la localidad, el sacerdote Lawrence Kimberley celebró una misa en “solidaridad con la comunidad musulmana”.
“Hemos aprendido durante el terremoto (de 2011) que en tiempos difíciles es bueno extender las manos hacia otros. Es hora de hacerlo nuevamente”, dijo Kimberley a su congregación.
En Auckland, una multitud de los más diversos orígenes montó una silenciosa vigilia frente a la mezquita de Umar.
Las víctimas venían de varios países del mundo musulmán, señaló Jacinda Ardern. Cuatro egipcios, un saudita, un indonesio, cuatro jordanos y seis paquistaníes figuran entre ellas.
Del otro lado del mar de Tasmania, en Australia, la emoción también era palpable. En Sídney se proyectó en la noche del sábado una imagen de un helecho plateado --el símbolo de Nueva Zelanda-- en un lado de su famosa ópera.
Fuente: AFP