Vuelos suspendidos, cámaras de aislamiento, uso de mascarillas, ciudades en cuarentena, cruceros inmovilizados. Así el mundo está enfrentando la amenaza del coronavirus, detectado por primera vez en la ciudad china de Wuhan en diciembre del año pasado.
En China, de acuerdo con el último balance del martes, un total de 42.600 personas han sido infectadas y al menos 1.016 de ellas murieron.
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Fuera de China, se han confirmado más de 460 casos de contagio en 30 países. No hay registro de enfermos en América Latina y África.
Casi todas las muertes se produjeron en la provincia china de Hubei, cuna del contagio, cuya capital es Wuhan.
Precisamente en la ciudad de Wuhan unas 9 millones de personas están en cuarentena desde el pasado 23 de enero.
Este martes, el Gobierno de la ciudad publicó nuevas directrices para el control de la epidemia, en las que indica que todas las urbanizaciones quedarán selladas para minimizar el flujo de personas.
Las personas encerradas en sus comunidades seguirán pudiendo recibir pedidos de comida y otros enseres a domicilio.
Las autoridades enfatizaron en que todos los edificios donde haya casos confirmados o sospechosos deberán ser sellados al exterior y gestionados “de forma estricta”.
También pidieron que todos aquellos que tengan síntomas relacionados con el coronavirus, como fiebre, deberán buscar atención médica en los centros de salud más cercanos y no ir a los de otros distritos, para tratar de evitar la propagación del virus.
En las ciudades en cuarentena, el control de la temperatura se toma en los metros, en los complejos residenciales, en las oficinas, etc.
Cámaras de aislamiento
En los hospitales donde hay enfermos de coronavirus se han implementado cámaras de aislamiento.
A ellas los médicos acceden con ropa protectora, que incluye máscara y guantes. El personal no debe tener contacto con los fluidos de la persona enferma.
En la cámara principal la presión es negativa, ello con el fin de evitar la salida de partículas de aire o líquido.
Mientras que las aguas residuales son transformadas en gel para impedir la contaminación de los inodoros y las alcantarillas.
Una vez que el médico sale de la cámara, se debe quemar su traje protector. El exterior de este traje no debe tocar la piel ni las mucosas del médico. Finalmente, se deben desinfectar las manos.
Los cruceros
Hasta el pasado domingo, unos 3.600 pasajeros y tripulantes del crucero World Dream permanecieron en cuarentena por temor a que algunos miembros del personal pudieran haber contraído el coronavirus en un viaje anterior.
La misma suerte de los ocupantes del World Dream no la han tenido los ocupantes del Diamond Princess, donde hasta el martes 135 de los 3.600 pasajeros y tripulantes habían dado positivo para el coronavirus.
La cadena alemana DW contactó a Cheryl Molesky, pasajera del Diamond Princess, quien contó cómo pasan la cuarentena.
“Estamos confinados en nuestras habitaciones. Solo se nos permite salir 90 minutos todos los días para ir al área al aire libre. Pero hemos optado principalmente por quedarnos en nuestras habitaciones. Nos entregan la comida a nuestra habitación a una hora específica todos los días”, narró.
“Tenemos que usar mascarillas y guantes. Cuando llega la hora de salir del camarote, el capitán tiene que repetir los protocolos”, agregó.
Dijo que cuando están afuera de sus habitaciones, deben mantener una distancia de al menos 2 metros con las otras personas.
Detalló que quienes tienen un balcón su habitación y un poco más de espacio pueden hacer ejercicio. Mientras que las personas que están en las habitaciones interiores no tienen luz natural ni espacio para estirarse o ejercitarse.
Las mascarillas
Debido al coronavirus, las mascarillas quirúrgicas han empezado a escasear en algunos países como Tailandia, pese a que esta nación asiática produce unas 600 millones de unidades al año.
Otros productores de mascarillas, como Taiwán y la India, han prohibido de manera temporal su exportación.
De acuerdo con la agencia EFE, Style-Seal, una empresa en Bangkok que produce máscaras con filtro, tuvo que suspender la venta debido a la avalancha de pedidos.
“El pánico por el coronavirus hizo que compre máscaras gente que antes no lo hacía por la contaminación”, explicó a EFE James Schumacher, fundador y director gerente de la empresa.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la demanda de mascarillas y otros artículos de protección como guantes o trajes es 100 veces mayor a lo normal causando que sus precios sean hasta 20 veces más altos.
Esto se debe, en parte, a que los médicos recomiendan que cada mascarilla sea utilizada solo una vez.
Sin embargo, los médicos también advierten que las mascarillas no garantizan una protección total, pues un virus puede propagarse al cuerpo por los bordes o a través de los ojos.
Vuelos suspendidos
Según la consultora británica OAG, en solo dos semanas se ha desplomado la cifra de asientos ofrecidos por las aerolíneas que tienen ruta hacia China, que han pasado de los 2,1 millones de plazas en las semanas del 20 y 27 de enero, a las 718.000 butacas hasta el domingo, reseña “Expansión”.
La holandesa KLM fue la primera en anunciar, el 29 de enero, la suspensión de sus vuelos hacia algunas ciudades de China. Le siguieron la alemana Lufthansa, la británica British Airways, la francesa Air France, la española Iberia, las estadounidenses Delta Irlines, American Airlines, United Airlines, entre otras.
También hay países que han prohibido las llegadas desde China.